Tours ~ Vacaciones Perú (10D/9N)
TAMAÑO DEL GRUPO
ALTITUD MÁXIMA
DIFICULTAD
Descubre el Perú en toda su diversidad con este paquete de 10 días que te lleva desde la antigua Lima hasta los secretos milenarios del sur, combinando historia viva, paisajes sobrecogedores y emociones auténticas.
Este tour es ideal para viajeros que quieren conocer lo mejor del Perú en una sola aventura, con un itinerario completo que combina cultura, naturaleza, historia y adrenalina. Con guías expertos, transporte seguro y alojamientos cuidadosamente seleccionados, solo tendrás que preocuparte por vivir intensamente cada día.
Más que un viaje, es una travesía por las mil caras del Perú: desde las alturas de los Andes hasta el misterio trazado en las arenas del desierto.
Embárcate en un viaje inolvidable por la costa sur y los Andes del Perú, donde el desierto se encuentra con el océano y las montañas abrazan la historia inca. Un recorrido de 10 días que combina paisajes extraordinarios, legado ancestral y experiencias auténticas diseñadas para conectar con la esencia del país.
Bienvenida a Cusco y conexión con su historia
Un primer encuentro con la herencia inca y la vida colonial
A tu llegada a Lima, te damos la bienvenida y te llevamos a recorrer sus joyas más emblemáticas: el malecón de Miraflores con vistas al Pacífico, la Huaca Pucllana como vestigio preincaico, y el centro histórico con su arquitectura colonial. El recorrido cierra en el Convento de San Francisco, entre catacumbas y arte barroco. Un primer día para comenzar a entender la historia viva del Perú.
Del océano al desierto: naturaleza extrema y aventura
Desde la brisa marina hasta la arena ardiente, hoy cruzamos dos mundos en un solo día.
Empezamos en Paracas, navegando entre formaciones rocosas y fauna marina en las Islas Ballestas: lobos marinos, pingüinos y aves nos acompañan entre olas y acantilados. Luego, en Ica, la tierra se vuelve sabor en una bodega artesanal donde degustamos piscos y vinos. Cerramos el día en el oasis de Huacachina, entre dunas doradas y emoción: buggies a toda velocidad y sandboarding para liberar adrenalina.
Las líneas que desafían el tiempo
Desde el cielo, los antiguos nos hablan en figuras imposibles.
En el aeródromo de Nasca subimos a la avioneta que nos lleva a sobrevolar uno de los mayores enigmas del mundo: las Líneas de Nasca. Figuras gigantes como el colibrí, el mono o la araña emergen desde el desierto, intactas, misteriosas. Al regresar, Ica nos regala un atardecer tranquilo en Huacachina, entre palmeras y arena.
Del desierto a los Andes
Hoy cambiamos el mar por las montañas, el calor costero por la historia viva de los Andes.
Por la mañana tomamos el vuelo hacia Cusco, la antigua capital del Tahuantinsuyo. Al llegar, el aire se siente más delgado y el cielo más profundo: estamos en el corazón del mundo andino. Tras el traslado al hotel, tendrás un breve descanso para aclimatarte.
Por la tarde, nos espera el City Tour Cusco, una introducción envolvente a esta ciudad sagrada. Caminamos por calles empedradas que conectan el pasado inca con la herencia colonial: visitamos la imponente Catedral, el Coricancha (Templo del Sol) y los complejos arqueológicos que rodean la ciudad como Sacsayhuamán, Q'enqo y Tambomachay.
Sabiduría ancestral en el Valle Sagrado
Un recorrido por el corazón agrícola, espiritual y artesanal del mundo inca.
Desde Chinchero, donde los telares aún cantan historias, seguimos hacia Moray, las terrazas circulares que desafiaron la altitud con ciencia. Luego las Salineras de Maras, un espejo blanco que brilla en la montaña. Almorzamos junto al río Urubamba y por la tarde exploramos Ollantaytambo, con su imponente fortaleza. Cerramos el día en el mercado tradicional de Pisac, entre aromas andinos y colores vivos.
Camino hacia la maravilla
Entre trenes, montañas y ríos, Machu Picchu comienza a revelarse.
Desde Cusco partimos hacia Ollantaytambo, donde abordamos el tren panorámico rumbo a Aguas Calientes. La jornada se llena de vistas andinas, ríos cristalinos y laderas cubiertas de historia. La tarde es libre para relajarse, caminar o visitar las aguas termales del pueblo.
Encuentro con la ciudad sagrada
Una mañana donde el tiempo se detiene y el alma se eleva.
Subimos al santuario de Machu Picchu al amanecer. Caminamos entre templos, terrazas y pasajes rodeados de neblina, acompañados por un guía que convierte la piedra en historia viva. Descubrimos el Templo del Sol, la Roca Sagrada y las vistas más icónicas de los Andes. Por la tarde, regresamos a Cusco con el corazón lleno.
La montaña que pintó la tierra
Cada paso en la altura revela un paisaje que parece de otro planeta.
Partimos antes del amanecer rumbo a las faldas de Vinicunca. La caminata es exigente, pero cada metro vale la pena. En la cima, una montaña teñida por minerales milenarios nos espera: rojo, dorado, verde, azul. Un espectáculo que recompone el esfuerzo con una imagen imborrable.
Entre nevados y lagunas sagradas
Una caminata hacia el silencio andino, donde el agua refleja el alma del viajero.
Desde Soraypampa ascendemos entre montañas hasta llegar a la Laguna Humantay. Turquesa y serena, esta laguna se encuentra al pie del nevado Salkantay y está rodeada de un paisaje sobrecogedor. Aquí el silencio es sagrado y la conexión con la naturaleza, profunda.
Despedida andina
El viaje termina, pero lo vivido se queda contigo.
Después de días intensos, toca volver. Te acompañamos al aeropuerto con la certeza de que este viaje no solo recorrió lugares, sino también emociones que te acompañarán mucho después del regreso.
Un recorrido completo y equilibrado: Desde ruinas incas en lo alto de los Andes hasta paisajes desérticos y líneas milenarias vistas desde el cielo, este itinerario reúne lo más emblemático del Perú.
Diversidad de experiencias: Historia viva en Machu Picchu, aventuras en las dunas de Ica, navegación entre fauna marina en Paracas y sobrevuelo de geoglifos ancestrales en Nasca.
Comodidad en cada tramo: Todos los traslados, ingresos y alojamientos están organizados para que solo te concentres en disfrutar el viaje.
Guías apasionados: Conocen cada rincón y te acompañan con relatos que transforman cada parada en una historia viva.
Ideal para quienes buscan profundidad sin prisas: Una ruta diseñada para conocer sin correr, con tiempo para explorar, descansar y asombrarte.
Turismo responsable: Promovemos prácticas sostenibles y colaboramos con comunidades locales para que tu viaje también sea un aporte positivo.
Momentos únicos, dignos de recordar: Desde ver el amanecer en los Andes hasta volar sobre el misterio de Nasca, cada día guarda una postal inolvidable.
Una introducción vibrante al Perú colonial y preincaico, entre vistas costeras y relatos escondidos en las piedras antiguas.
Bienvenida a la ciudad de los reyes
Tras tu llegada a Lima, nuestro equipo te recibirá y acompañará al hotel. Luego de un breve descanso, iniciamos nuestra primera inmersión cultural en la capital peruana, una ciudad donde el pasado convive con el presente en cada rincón.
Miraflores: vista al océano y arte urbano
Nuestra primera parada es el encantador Parque del Amor, en el malecón de Miraflores. Desde aquí, el Océano Pacífico se extiende ante nosotros, mientras esculturas modernas y coloridos mosaicos nos introducen al carácter vibrante de la ciudad.
Huaca Pucllana: un legado preincaico en medio de la urbe
Continuamos hacia la Huaca Pucllana, un sitio arqueológico que se eleva entre los edificios modernos como un recordatorio silencioso de civilizaciones anteriores a los incas. Sus plataformas piramidales de adobe revelan secretos de una Lima antigua y aún enigmática.
Centro histórico: plazas que narran siglos
El recorrido nos lleva al centro histórico, donde recorreremos avenidas coloniales como el Jirón de la Unión y llegaremos a la majestuosa Plaza Mayor. Aquí se alzan edificios emblemáticos como el Palacio de Gobierno y la Catedral de Lima, guardianes de la historia virreinal.
Convento de San Francisco: entre bóvedas, catacumbas y manuscritos
Cerramos el día en uno de los monumentos más significativos de la ciudad: el Convento de San Francisco. Su arquitectura barroca, su valiosa biblioteca y las famosas catacumbas ofrecen un recorrido único por el arte, la fe y la historia del Perú colonial.
Regreso al hotel y fin del tour
Al concluir este recorrido lleno de cultura, te acompañamos de vuelta a tu hotel en Lima. Esta experiencia te dejará una mezcla única de historia, espiritualidad y el encanto de la ciudad. Un tour corto pero intenso, perfecto para quienes quieren descubrir lo más destacado de la capital peruana en solo una tarde.
De los acantilados marinos al desierto ondulante: un día entre fauna salvaje, vino ancestral y dunas infinitas
Salida desde Lima y desayuno con esencia costeña
Dejamos atrás la ciudad para adentrarnos en paisajes de cielos abiertos y brisa marina. Una parada estratégica en una panadería tradicional te espera: hierbas aromáticas, panes de leña recién horneados y café de olla te sumergen en la calidez del sur (desayuno opcional).
Islas Ballestas: El pequeño Galápagos peruano
Al llegar a Paracas, abordamos deslizadores para navegar hacia este santuario natural. Lobos marinos juguetones, pingüinos de Humboldt y bandadas de aves guaneras te reciben entre formaciones rocosas bañadas por el Pacífico. Durante el recorrido, un misterio se revela: el Candelabro de Paracas, un geoglifo de más de 50 metros de altura grabado en la arena. ¿Señal para navegantes antiguos? ¿Obra de culturas preincas? Descúbrelo mientras el viento salado acarrea sus secretos.
Bodega artesanal: Pisco, vinos y tradición que perdura
En el corazón del desierto iqueño, visitamos una bodega familiar donde el tiempo parece detenerse. Aquí, las uvas se pisaban con los pies hace siglos, y hoy sus paredes guardan barricas de roble. Degusta piscos puros y acholados, vinos dulces como la borgoña y cremas de higo o frambuesa, mientras aprendes de manos expertas por qué esta tierra es la cuna del destilado peruano.
Oasis de Huacachina: Adrenalina entre dunas
Un espejismo cobra vida: palmeras, una laguna esmeralda y dunas infinitas. Sube a los buggies 4x4 para un viaje vertiginoso por montañas de arena, con subidas que roban el aliento y caídas que liberan risas. Luego, el sandboarding te desafía a deslizarte como surfista del desierto. Al final, contempla el atardecer desde las dunas: el sol tiñe el cielo de rosa mientras la brisa susurra historias de viajeros y leyendas locales.
Viaje a Nasca y descanso
Finalizamos el día viajando rumbo a Nasca, tierra de antiguas culturas y secretos grabados en la tierra. A tu llegada, te espera una noche de descanso en un alojamiento cómodo, donde podrás recuperar energías antes del inolvidable sobrevuelo del día siguiente.
El cielo como mirador de un misterio milenario tallado en la arena
El misterio grabado en el desierto
El amanecer en Nazca te sorprende con su luz dorada bañando las dunas. Un desayuno ligero y reconfortante en tu alojamiento prepara tu cuerpo para la experiencia aérea que está por comenzar. El aire fresco de la mañana acaricia tu rostro mientras abordas el transporte que te llevará al aeródromo, donde las avionetas esperan para revelarte uno de los mayores enigmas arqueológicos del mundo.
Sobrevuelo de las Líneas de Nazca: Cuando el desierto cobra vida
Al despegar, la emoción se mezcla con esa ligera adrenalina que produce elevarse sobre el vasto desierto. De pronto, como por arte de magia, las figuras comienzan a aparecer bajo tus pies: el colibrí con sus alas extendidas parece batirlas contra el viento, el mono de cola en espiral juega eternamente en la arena, y la araña gigante teje su misteriosa red sobre la tierra rojiza.
El piloto, con maniobras precisas y suaves, gira la avioneta para que cada pasajero pueda admirar en todo su esplendor estas creaciones que han desafiado el tiempo por más de 2,000 años. Mientras tanto, el guía a bordo te sumerge en las teorías que rodean a estos geoglifos: ¿Fueron un calendario astronómico? ¿Mensajes para los dioses? ¿O quizás señales para visitantes de otros mundos? Cada explicación añade capas de misterio a estas figuras que solo pueden ser apreciadas en toda su magnitud desde el cielo.
Regreso a Ica y tiempo libre en el oasis
Después del aterrizaje, emprendemos el regreso en transporte privado hacia la ciudad de Ica. Aquí dispondrás de tiempo libre para almorzar, descansar o pasear por los alrededores del oasis de Huacachina, uno de los rincones más pintorescos del desierto peruano. Puedes relajarte junto a la laguna, explorar las tiendas de artesanías o incluso disfrutar de una bebida fresca mientras observas cómo la tarde tiñe las dunas de tonos cálidos.
Este momento de pausa es ideal para digerir lo vivido, compartir impresiones con otros viajeros o simplemente dejarte llevar por el ritmo tranquilo del lugar, rodeado de palmeras, arena y misterio.
Retorno con el desierto en la memoria
Por la tarde, emprendemos el camino de regreso a Lima en transporte compartido. Durante el viaje, el paisaje desértico se transforma lentamente en ciudad, mientras el atardecer pinta el horizonte con tonos que parecen prolongar la experiencia. Al llegar a Lima, te dejaremos en la puerta de tu hotel, cerrando así una jornada única donde el cielo fue el escenario de uno de los grandes enigmas del mundo antiguo.
Del mar al ombligo del mundo: un salto de altura hacia la capital espiritual de los Andes
Traslado al aeropuerto y vuelo a Cusco
Tu día comienza con el traslado desde tu hotel en Lima hacia el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Aunque el vuelo Lima-Cusco no está incluido en el paquete, nuestro equipo de asesores puede ayudarte a encontrar las mejores opciones de vuelo según tus preferencias y presupuesto.
Llegada a Cusco y recojo en el aeropuerto
Al aterrizar en el aeropuerto Alejandro Velasco Astete de Cusco, nuestro personal te estará esperando para trasladarte a tu hotel. Tendrás tiempo para descansar y aclimatarte a la altitud antes de comenzar el city tour por la tarde.
Catedral del Cusco: Donde el barroco se tiñe de andino
Nuestros pasos resuenan en las piedras milenarias de la Plaza de Armas al entrar a esta joya arquitectónica construida sobre los cimientos del palacio de Viracocha. La luz tenue ilumina los altares bañados en plata, donde los artistas indígenas escondieron secretos en sus tallados: pumas camuflados entre nubes barrocas, la luna representada como Mama Quilla en los marcos de los lienzos, y ese famoso cuadro de la Última Cena donde los apóstoles comparten un cuy andino. Cada detalle cuenta la historia de un choque cultural que dio origen a un nuevo arte mestizo.
Coricancha: El templo que deslumbró a los conquistadores
Al cruzar el umbral del que fuera el Templo del Sol, aún puedes sentir la energía de cuando sus muros reflejaban el astro rey con planchas de oro puro. Los españoles describieron que su brillo era visible desde kilómetros de distancia. Hoy, entre las piedras perfectamente ensambladas que sobrevivieron al saqueo, descubrimos cómo los incas veneraban a las constelaciones en el Templo de las Estrellas y por qué eligieron este punto exacto como el centro cósmico de su imperio. El contraste con el convento colonial construido sobre sus cimientos es quizás la mejor metáfora del Cusco actual.
Sacsayhuamán: La fortaleza que desafía el tiempo
A medida que ascendemos, el aire se enrarece y ante nosotros aparecen esos megalitos ciclópeos que han desconcertado a generaciones de arquitectos. Bloques de piedra tan perfectamente encajados que ni un alfiler podría penetrar sus uniones, dispuestos en zigzag como homenaje al dios rayo. Desde sus miradores, comprendemos por qué los incas llamaban a Cusco "el cuerpo del puma", con Sacsayhuamán formando la cabeza del felino sagrado. Cada solsticio de junio, este lugar revive su esplendor durante el Inti Raymi, cuando el sol se alinea mágicamente con sus portales ceremoniales.
Q'enqo: El vientre de piedra de la Pachamama
El viento susurra entre los pasadizos laberínticos de este santuario tallado en roca viva. Aquí, los sacerdotes incas realizaban rituales lunares en ese altar sacrificial que aún conserva los canales por donde corría la chicha sagrada. Al tocar las paredes pulidas por siglos de ceremonias, muchos visitantes sienten esa energía especial que convierte a Q'enqo en algo más que ruinas: es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido.
Puca Pucara y Tambomachay: Guardianes del agua sagrada
Mientras el sol comienza a descender, llegamos a estas dos joyas arquitectónicas que funcionaban en perfecta armonía. Puca Pucara, con sus muros que se incendian de rojo al atardecer, vigilaba los caminos hacia el valle. Mientras que en Tambomachay, el agua - ese elemento sagrado para los incas - sigue fluyendo con precisión matemática seis siglos después, a través de acueductos que parecen desafiar las leyes de la gravedad.
Regreso al hotel
El regreso a la ciudad coincide con el momento en que las luces comienzan a iluminar los tejados coloniales, creando ese juego de contrastes que hace único al Cusco. Tendrás la tarde libre para perderte entre sus callejones, saborear un chocolate caliente en alguna de sus plazuelas o simplemente descansar, mientras la magia de esta ciudad se va apoderando lentamente de tu espíritu.
Un día para recorrer el corazón ancestral de los Andes
Un viaje al corazón sagrado de los Andes
El día comienza temprano, con la recogida en tu hotel en Cusco. Mientras el sol comienza a pintar de oro los tejados coloniales, dejamos atrás la ciudad y nos adentramos en un paisaje que parece eterno. Las montañas, cubiertas de neblina, se abren paso ante nosotros como centinelas de piedra que anuncian el inicio de un recorrido legendario.
Chinchero: el arte del tejido ancestral
Nuestra primera parada es Chinchero, un pueblo suspendido en el tiempo. Aquí, los colores no solo se ven: se huelen, se tocan y se escuchan en las voces de las tejedoras que transforman la lana de alpaca en obras de arte vivas. Los tintes naturales extraídos de flores, raíces y minerales se mezclan con historias contadas entre risas, mientras en lo alto se alza la iglesia colonial construida sobre un antiguo palacio inca. Todo en Chinchero habla de resistencia, fusión y memoria.
Moray: el experimento agrícola más ambicioso del mundo andino
Desde allí, seguimos hasta Moray, un lugar que deja sin aliento. Terrazas circulares descienden como anillos hacia el corazón de la tierra, creando un efecto visual hipnótico. Pero lo que parece un diseño artístico es, en realidad, una proeza científica: los incas crearon aquí microclimas para adaptar cultivos a distintas altitudes. Caminamos entre andenes que una vez vieron florecer quinua, papa, maíz… cada peldaño, un peldaño hacia el conocimiento.
Salineras de Maras: donde el sol se transforma en sal
Muy cerca de allí, las Salineras de Maras nos deslumbran con su geometría ancestral. Más de tres mil pozas escalonadas recogen agua salada desde una fuente subterránea milenaria. Bajo el sol, brillan como espejos de cristal. Los comuneros siguen extrayendo la sal como lo hacían sus ancestros, y al probarla sentimos que saboreamos la tierra misma. La sal rosada de Maras, con su sabor único, es solo uno de los regalos que este lugar tiene para ofrecer.
Urubamba: una pausa entre sabores y montañas
Llegamos a Urubamba cuando el hambre se mezcla con el asombro. Aquí, en el corazón del Valle Sagrado, hacemos una pausa para el almuerzo. Un restaurante con vista panorámica nos recibe con un buffet donde la cocina andina despliega su riqueza: maíz gigante, quinua, tubérculos nativos, carnes al horno, ensaladas frescas y postres con fruta local. Mientras la música tradicional resuena suavemente, las montañas nos envuelven con su silencio majestuoso. Una infusión de muña o coca cierra la comida como un ritual de agradecimiento.
Ollantaytambo: la ciudad viva de los incas
Continuamos hacia Ollantaytambo, un enclave que no solo guarda historia: la vive. Sus calles empedradas, canales de agua aún activos y casas construidas sobre bases incas nos sumergen en el pasado. Subimos lentamente hacia las terrazas de la fortaleza, donde los bloques de granito rojo parecen haber sido moldeados por titanes. Desde lo alto, la vista del valle es conmovedora. Este fue el último bastión inca frente a los conquistadores y, al caminar por sus templos, sentimos que la resistencia aún late en cada piedra.
Pisac: un legado suspendido entre el cielo y la tierra
La jornada continúa en Pisac, donde las ruinas arqueológicas se despliegan como balcones colgados en la montaña. Caminamos entre templos, almacenes y miradores que servían tanto a fines agrícolas como espirituales. De regreso al pueblo, el mercado artesanal nos invita a explorar tejidos multicolores, cerámicas pintadas a mano, instrumentos musicales y joyas de plata. Aquí, el trueque aún existe, y las sonrisas son parte del intercambio.
Mirador del Valle: la postal final
Antes de regresar a Cusco, hacemos una última parada en un mirador que domina todo el Valle Sagrado. El atardecer tiñe de oro y violeta los picos andinos, mientras el río Urubamba serpentea como un lazo de vida entre los campos. Es el momento perfecto para respirar hondo, cerrar los ojos y grabar la imagen en la memoria.
Una experiencia andina que despierta los sentidos
Imagina empezar el día rodeado de montañas milenarias, respirando aire puro y emprendiendo un viaje hacia uno de los destinos más impresionantes del planeta. Esta experiencia no es solo un paseo turístico: es un recorrido hacia la historia viva de los Andes, hacia una ciudad sagrada construida por los incas sobre la cima de una montaña cubierta de neblina. A bordo del tren panorámico Vistadome Observatory, cada tramo del camino hacia Machupicchu se convierte en una aventura visual y emocional.
La sensación de dejar atrás la rutina y sumergirse en el corazón de los Andes es incomparable. Desde el primer momento, sentirás que estás por vivir algo único: una experiencia que mezcla historia, naturaleza y la energía de un lugar que sigue siendo sagrado para muchos pueblos andinos.
Desde Cusco a Ollantaytambo: la antesala del viaje sagrado
El día comienza temprano, cuando nuestro equipo pasa a buscarte por tu alojamiento en Cusco, la antigua capital del Imperio Inca y una de las ciudades más emblemáticas de Perú. Desde allí partimos hacia el Valle Sagrado de los Incas, una región fértil y majestuosa, atravesada por el río Urubamba y rodeada de montañas.
Nuestro destino intermedio es Ollantaytambo, un encantador pueblo andino que aún conserva el trazado urbano de época inca. Sus calles empedradas, canales de agua cristalina y templos milenarios lo convierten en una auténtica cápsula del tiempo. Este será el punto de partida hacia el corazón del legado inca.
A medida que avanzamos por la carretera, los paisajes van cambiando: verás campos cultivados con técnicas ancestrales, pequeños pueblos de adobe donde la vida transcurre a otro ritmo, y montañas que aún hoy son consideradas sagradas por las comunidades locales. Si el clima lo permite, nos detendremos en un mirador natural, perfecto para tomar fotos y admirar el valle desde las alturas.
Tren Vistadome Observatory: el viaje como experiencia
Desde la estación de Ollantaytambo, embarcamos en el tren Vistadome Observatory, famoso por sus ventanales amplios y su techo de vidrio que permiten disfrutar del paisaje como si formaras parte de él. Durante el trayecto de casi dos horas hasta el pueblo de Aguas Calientes, el tren avanza junto al río, atraviesa bosques nubosos y se abre paso entre montañas escarpadas y verdes colinas que marcan el ingreso a la zona de selva alta.
Los paisajes del Valle Sagrado desfilan ante nuestros ojos: montañas que parecen tocar el cielo, ríos que serpentean antiguos caminos y picos nevados que guardan secretos milenarios. A bordo, música tradicional y danzas típicas acompañan el recorrido, envolviendo al viajero en una experiencia sensorial y cultural única.
La experiencia se completa con bebidas típicas, snacks y una atención cálida que te hará sentir parte de algo especial. Cada instante en el tren es una invitación a conectar con la belleza del entorno y anticipar la grandeza que nos espera.
Tarde libre en Aguas Calientes
Al llegar a Aguas Calientes, pueblo al pie de Machupicchu, el tiempo es tuyo. Puedes disfrutar de sus tranquilas calles, comprar recuerdos artesanales o relajarte en sus aguas termales naturales. Esta es una pausa perfecta para renovar energías antes del gran día que nos espera.
La serenidad de este pueblo, rodeado de montañas y envuelto en neblina, permite desconectar del mundo y prepararse emocionalmente para el encuentro con la ciudad sagrada. Muchos viajeros aprovechan este momento para escribir en un diario, meditar junto al río o simplemente observar cómo la niebla danza entre los techos.
Una experiencia espiritual entre piedras sagradas y nubes danzantes
El segundo día comienza temprano, cuando el pueblo de Aguas Calientes aún se despereza entre brumas. El murmullo constante del río Urubamba marca el ritmo de la mañana, mientras los viajeros se preparan para el momento más esperado del viaje. Las calles, aún silenciosas, conservan una mística especial: todo parece fluir hacia un mismo propósito, como si el día entero estuviera dedicado a honrar un lugar sagrado.
Tras un desayuno liviano, abordamos el bus ecológico que asciende por la carretera Hiram Bingham. El trayecto, de aproximadamente 25 minutos, atraviesa una ruta serpenteante bordeada de vegetación densa y vistas impresionantes. A medida que el vehículo sube, el paisaje se transforma: la neblina se espesa, los cerros se alzan imponentes y la emoción crece con cada curva. No hay palabras suficientes para describir ese momento en el que uno entiende que está a punto de ver algo que trasciende lo cotidiano.
Ingreso al santuario: la primera mirada que transforma
La llegada al ingreso de Machu Picchu es casi ceremonial. Se cruza un portal que parece marcar el paso a otro mundo: el que queda atrás y el que se abre frente a los ojos. De pronto, entre las nubes bajas y la vegetación, aparece la ciudadela inca suspendida entre montañas, perfecta en su simetría, colosal en su sobriedad.
El primer mirador es uno de los momentos más impactantes de toda la travesía. Desde ese punto, Machu Picchu se presenta en todo su esplendor: terrazas agrícolas construidas en las laderas, templos alineados con precisión solar, y senderos que conectan distintos sectores del complejo. Muchos visitantes se detienen en silencio, conmovidos por la escena, conscientes de que están frente a algo único en el mundo.
Recorrido guiado: entre ciencia, fe y poder
Durante más de tres horas, el recorrido guiado se convierte en una lección viva de historia, arquitectura y cosmovisión andina. El guía, con formación académica y profunda conexión con el legado incaico, nos conduce por los principales sectores del santuario, entre explicaciones técnicas y relatos ancestrales.
El circuito comienza en el Templo del Sol, una edificación semicircular que se eleva sobre una gran roca natural. Su orientación responde a fenómenos astronómicos, y durante los solsticios, la luz solar entra por sus ventanas con una precisión sorprendente. Luego visitamos el Intihuatana, un monolito tallado directamente en la roca, considerado un instrumento ritual de observación solar. Aún hoy, su función exacta despierta debate entre arqueólogos y astrónomos.
Cruzamos la Plaza Sagrada, el corazón ceremonial de la ciudad, donde se realizaban ofrendas y rituales. Desde allí se accede al Templo de las Tres Ventanas, cuyas aberturas representan los tres niveles del mundo incaico: el cielo (Hanan Pacha), la tierra (Kay Pacha) y el inframundo (Ukhu Pacha).
Más adelante, el recorrido nos lleva por las terrazas agrícolas, verdaderas obras de ingeniería adaptadas a la montaña. Estas estructuras no solo permitían el cultivo eficiente, sino que también cumplían una función de drenaje para proteger la ciudad de deslizamientos durante las lluvias.
Todo está diseñado con un propósito funcional y espiritual. Cada muro, cada escalón, cada orientación tiene sentido dentro del pensamiento andino, donde la arquitectura no se separa del paisaje, sino que dialoga con él.
Tiempo para contemplar y conectar
Al finalizar el recorrido formal, hay tiempo libre para disfrutar del lugar a tu propio ritmo. Puedes sentarte en uno de los sectores elevados y contemplar el valle, o recorrer alguna zona más tranquila para hacer fotografías y absorber la energía del entorno.
Este momento permite asimilar todo lo vivido, no desde lo racional, sino desde la emoción. Machu Picchu no es solo una postal: es una experiencia que deja huella, un encuentro íntimo con la historia y con uno mismo.
Regreso a Aguas Calientes: pausa para el alma
El descenso en bus devuelve una última mirada a las montañas que rodean el santuario. Ya en Aguas Calientes, el ritmo cambia. Es tiempo de relajarse, almorzar y cerrar el día con calma. Hay múltiples opciones gastronómicas para todos los gustos, desde platos típicos peruanos hasta cocina internacional.
Quienes lo deseen pueden regresar a las aguas termales naturales, famosas por sus propiedades relajantes y su entorno natural. Es el cierre perfecto para una jornada de caminata y emociones intensas, ideal para relajar los músculos y la mente.
Viaje de retorno a Cusco
Por la tarde, abordamos el tren Expedition para emprender el viaje de regreso. Durante el trayecto, el paisaje se vuelve más dorado y melancólico. Las imágenes del día se repasan en silencio mientras el tren recorre los últimos tramos junto al río Urubamba.
Al llegar a Ollantaytambo, un vehículo turístico nos espera para continuar hacia Cusco. El retorno es tranquilo, propicio para reflexionar. No se regresa igual: algo ha cambiado, se ha despertado, se ha conectado.
Una caminata entre cielos infinitos, paisajes sagrados y un arcoíris pintado por la tierra.
Camino hacia los Andes profundos
Antes de que amanezca, dejamos Cusco atrás y nos adentramos en los Andes rumbo a Cusipata. El trayecto matutino nos regala imágenes de pastores arropados en ponchos, campos cubiertos de escarcha y montañas que, poco a poco, se encienden con los primeros rayos del sol. Es el inicio de una travesía hacia uno de los paisajes más singulares del planeta.
Desayuno en Cusipata: energía para el alma y el cuerpo
Tras un par de horas de viaje, nos detenemos en Cusipata para disfrutar de un desayuno caliente. Mientras saboreamos infusiones andinas y pan recién horneado, nuestro guía comparte recomendaciones esenciales para el ascenso: hidratación constante, ritmo pausado y una mente abierta para lo que está por venir.
El ascenso comienza: hacia el corazón mineral de los Andes
Desde Phulawasipata, iniciamos la caminata. El paisaje es un lienzo abierto: colinas ocres, pastizales salpicados de llamas y la silueta imponente del nevado Ausangate al fondo. A medida que ascendemos, el verde desaparece y la tierra adopta tonos rojizos y dorados. Aquí, el silencio solo es roto por el viento y el suave crujir de las botas sobre el suelo mineral.
El aire se vuelve más delgado, y cada paso cuesta un poco más. Pero la recompensa se intuye, y la motivación crece con cada curva superada.
Vinicunca: la montaña que estalla en colores
De pronto, el horizonte se abre. Vinicunca se revela en todo su esplendor: una sinfonía de rojos, verdes, turquesas y amarillos se desliza por su ladera como si la tierra hubiese absorbido todos los colores del arcoíris. La vista corta el aliento —no solo por la altitud, sino por la belleza surreal que se despliega ante nuestros ojos.
Desde la cima, a más de 5,000 metros sobre el nivel del mar, sentimos la conexión profunda con los Apus, las montañas sagradas de los Andes. Este no es solo un mirador, es un altar natural desde el que se contempla la grandeza del mundo.
Descenso sereno y sabores ancestrales
La bajada es más ligera. Con el cuerpo cansado pero el espíritu en calma, regresamos a Phulawasipata y luego a Cusipata. Allí nos espera un almuerzo buffet con productos locales: quinua, papas nativas, carnes al horno y ajíes aromáticos, en un banquete que honra la tierra andina.
Regreso a Cusco: la jornada que se queda en el corazón
Al final del día, retornamos a Cusco. Mientras el sol se despide detrás de las montañas, la sensación es clara: hemos sido testigos de un milagro geológico, y hemos vivido una aventura que desafía la altura y emociona hasta los huesos.
Un santuario natural entre cumbres sagradas, donde la montaña respira y el alma se aquieta.
Magia turquesa en las alturas
Hay lugares que parecen esculpidos para asombrar. La Laguna de Humantay es uno de ellos. Enclavada a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, esta joya turquesa se extiende al pie de glaciares sagrados, en un paisaje donde la tierra conversa con el cielo y el silencio se vuelve sagrado. Visitarla no es solo una caminata: es un encuentro con la naturaleza andina en su estado más puro.
Salida desde Cusco: el amanecer en la cordillera
La jornada comienza muy temprano, cuando las primeras luces del día apenas rozan los tejados coloniales de Cusco. Nuestro equipo pasa a recogerte directamente por tu hotel. Mientras salimos de la ciudad, la carretera asciende entre laderas cubiertas de niebla y campos de cultivo que se tiñen de oro bajo el sol naciente. A cada curva, los paisajes se vuelven más vastos, más silenciosos, más andinos.
El aire fresco anuncia la llegada a tierras altas. Durante el trayecto, podrás apreciar los cambios en la vegetación, los colores del cielo sobre los Andes, y pequeños pueblos que conservan un modo de vida ancestral. Esta transición no es solo geográfica: también es interior.
Desayuno en Mollepata: tradición y energía
Hacemos una pausa en Mollepata, un pueblo pintoresco a casi 3.000 metros de altitud, rodeado de montañas suaves y clima templado. Aquí, en un restaurante familiar, disfrutamos de un desayuno nutritivo elaborado con productos locales: pan artesanal, frutas de estación, mate de coca, y platos calientes que reconfortan el cuerpo antes del ascenso.
El pueblo respira tranquilidad y memoria. Es punto de partida para caminantes del Salkantay Trek, y conserva su identidad andina en la arquitectura, los mercados, y las historias que aún se cuentan boca a boca. Si el tiempo lo permite, se puede visitar una pequeña casa-museo dedicada a las rutas sagradas de la región, donde se honra la conexión entre el ser humano y las montañas.
Llegada a Soraypampa: inicio del silencio blanco
Continuamos en vehículo hasta Soraypampa, a unos 3.900 metros sobre el nivel del mar. Aquí el paisaje cambia radicalmente. Las montañas dejan de ser colinas para convertirse en gigantes nevados. El aire se vuelve más claro, más seco. Y el silencio, más profundo.
Este es el punto de inicio de nuestra caminata. A lo lejos se divisan los colosos tutelares: el Nevado Salkantay, el segundo pico más alto de Cusco, y el Humantay, cuyas nieves perpetuas dan origen a la laguna. Es imposible no detenerse a contemplar la inmensidad. La atmósfera es serena, cargada de respeto.
Ascenso hacia la Laguna de Humantay: paso a paso entre los Apus
Comienza el sendero. Son aproximadamente 4.2 kilómetros de ida y vuelta, con una pendiente constante que nos desafía a avanzar sin prisa. La caminata, de dificultad moderada, nos lleva a través de paisajes que parecen mutar a cada paso: pastizales de altura, rocas cubiertas de líquenes, arroyos de deshielo y cielos que cambian de color al ritmo de las nubes.
Cada descanso es una oportunidad para mirar alrededor y entender por qué los incas consideraban estas tierras sagradas. El guía, atento al ritmo del grupo, comparte relatos sobre los Apus —los espíritus de las montañas—, sobre los rituales de gratitud a la Pachamama, y sobre cómo los caminos de piedra conectaban aldeas, templos y mundos.
Encuentro con la laguna: belleza que desarma
Y entonces, tras el último tramo del ascenso, se abre el claro: la Laguna de Humantay aparece al pie del glaciar, como una ofrenda celeste. El agua, de un color turquesa intenso, parece moverse sin moverse. Refleja las nubes, los picos nevados y, a veces, el vuelo de un cóndor que surca el cielo en silencio.
El lugar impone respeto. Muchos se quedan sin palabras. Otros se sientan a contemplar. Hay quienes meditan, y quienes caminan en silencio por la orilla. Si el grupo lo desea, se puede realizar una pequeña ceremonia andina: un agradecimiento simple, con hojas de coca, para honrar la tierra y el viaje.
Descenso y retorno a Soraypampa
Luego de conectar con este espacio sagrado, iniciamos el regreso por el mismo sendero. La bajada, más liviana, ofrece nuevas vistas y detalles antes inadvertidos: flores nativas, musgos brillantes, aves curiosas. Es un momento para respirar con más calma y observar el entorno con ojos renovados.
Al llegar a Soraypampa, hacemos una breve pausa para hidratar y compartir impresiones. El ambiente ahora se siente más familiar: ya no somos visitantes, sino parte del paisaje.
Almuerzo en Mollepata: sabores de montaña
Volvemos a Mollepata para disfrutar de un almuerzo caliente y reparador. En el restaurante local, se sirven platos típicos como trucha a la parrilla, guisos de quinua o sopa de olluco. Todo con ingredientes frescos y sabores caseros. Las bebidas tradicionales, como el mate de muña o la chicha de jora, complementan la experiencia culinaria.
Este es también un momento para compartir lo vivido, reír, descansar y dejar que el cuerpo se relaje antes del retorno.
Regreso a Cusco: la montaña en el corazón
Tras el almuerzo, emprendemos el camino de regreso. La luz de la tarde tiñe los cerros de tonos suaves. En el vehículo, el ambiente es tranquilo. Algunos viajeros duermen, otros miran por la ventana, otros revisan fotos o simplemente guardan silencio. No hace falta hablar mucho: lo esencial ya fue dicho en el idioma de las piedras, del aire, del agua.
Una despedida pausada, con el corazón lleno de historia y los sentidos aún en los Andes
Últimas miradas a Cusco y despedida de Los Andes
El último día en Cusco amanece tranquilo. Dependiendo de tu hora de vuelo, puedes disfrutar de un desayuno relajado, dar un paseo por el centro histórico o simplemente contemplar por última vez los tejados rojizos que adornan esta ciudad andina.
Traslado al aeropuerto
Nuestro equipo coordinará tu traslado hacia el Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete, asegurándose de que llegues con suficiente anticipación para tu vuelo. Así concluye este viaje de diez días por lo mejor del Perú, con experiencias, paisajes y memorias que permanecerán contigo mucho después del regreso.
Todo lo que necesitas para vivir lo mejor del Perú en 10 días
Este recorrido ha sido diseñado para que cada día sea una experiencia sin complicaciones. Transporte, ingresos, guías y alojamiento —todo está pensado para que te sumerjas en la cultura, los paisajes y el legado de este país andino sin preocuparte por los detalles logísticos.
Viajarás en unidades modernas, cómodas y seguras, con aire acondicionado y ventanas amplias para no perderte ni un solo paisaje. Desde la costa del Pacífico hasta las cumbres andinas, cada trayecto está cuidadosamente organizado para ofrecerte confort, puntualidad y tranquilidad. Solo relájate y mira por la ventana: el Perú se despliega ante ti.
En Ica, vivirás una experiencia para el paladar. Descubrirás los secretos del pisco, el vino y las mistelas en una bodega tradicional, con una cata guiada que es también una celebración de los sabores del desierto. Cada trago tiene historia, y aquí también se bebe cultura.
Desde el cielo, los secretos del desierto se revelan. Esta experiencia incluye el ticket aéreo y un guía a bordo que te ayudará a identificar cada figura: el colibrí, el mono, la araña y más. Un momento que transforma para siempre tu forma de mirar la historia.
No es solo un tren. Es una travesía panorámica por el corazón del Valle Sagrado. Ventanas envolventes, terraza observatorio, espectáculo cultural a bordo… el camino a Machupicchu se convierte en un viaje dentro del viaje.
Cómodo, funcional y con vistas espectaculares, el Expedition te lleva de regreso a Cusco mientras el paisaje se despide con elegancia. Ideal para contemplar, repasar fotos y dejar que las emociones se asienten.
Desde que reservas hasta tu vuelo de regreso, nuestro equipo está contigo. Organizamos, confirmamos, asistimos y resolvemos. Porque sabemos que los mejores viajes son los que se viven sin preocupaciones.
Sabemos que no se trata solo de viajar, sino de vivir experiencias que quedan grabadas para siempre. Por eso, este itinerario de 10 días ha sido cuidadosamente diseñado para mostrarte lo mejor del Perú, desde sus costas y desiertos hasta sus montañas sagradas, con todo organizado para que tú solo te concentres en disfrutar.
Este tour es ideal si:
Te entusiasma la idea de descubrir lo mejor del Perú en un solo viaje, sin apuros pero con profundidad.
Quieres explorar desde la biodiversidad marina de Paracas hasta la espiritualidad de Machupicchu.
Disfrutas tanto de la cultura ancestral como de paisajes naturales impactantes.
Te atraen los recorridos completos, con guía, transporte y entradas ya resueltas.
Buscas una experiencia equilibrada: tiempo para asombrarte, pero también para descansar.
Este tour quizás no sea para ti si:
Prefieres itinerarios cortos o muy enfocados en una sola región.
No estás dispuesto a realizar caminatas o madrugar para ciertos tramos.
No te interesan experiencias variadas como el sandboarding, los vuelos turísticos o la exploración arqueológica.
Solo para la parte andina del viaje (Cusco y alrededores). Los primeros días transcurren en la costa (nivel del mar), pero al llegar a Cusco, es normal sentir el cambio de altitud. Por eso:
Recomendamos descansar bien la primera noche en Cusco.
Hidratarte constantemente y evitar comidas pesadas.
Consultar con tu médico si tienes antecedentes de sensibilidad a la altitud.
Para la costa y desierto (Lima, Paracas, Ica, Nazca):
Lleva ropa fresca y cómoda para clima cálido.
Usa sombrero, gafas de sol y protector solar.
No olvides tu cámara: las postales naturales son memorables.
Lleva efectivo: algunos lugares rurales no aceptan tarjetas.
Para la sierra (Cusco, Machupicchu, montaña de colores):
Viste por capas: los días pueden ser soleados pero las mañanas frías.
Calzado cómodo para caminatas.
Una botella de agua reutilizable siempre a mano.
Si te mareas fácilmente en trayectos, consulta sobre medicación preventiva.
Este tour es de dificultad moderada, apto para viajeros con movilidad básica:
En destinos como la Montaña de Colores o Laguna Humantay, hay caminatas exigentes a más de 4,000 m s.n.m., pero puedes contratar caballos de apoyo si lo necesitas.
En ciudades y sitios arqueológicos, el recorrido se hace a ritmo pausado, con tiempo para explorar o descansar.
Las salidas son diarias, pero la disponibilidad en Machupicchu es limitada. Reserva con anticipación.
Debes llevar pasaporte vigente para los ingresos a Machupicchu y el vuelo a Nasca.
El itinerario puede adaptarse ligeramente por condiciones climáticas o logísticas.
Informa cualquier condición médica o dieta especial antes del viaje. Estamos aquí para ayudarte.
Al final de un día lleno de emociones —navegando entre lobos marinos, recorriendo las dunas de Huacachina y degustando los secretos del pisco—, llega el momento de descansar. Y no es cualquier descanso. Es una pausa en el corazón del desierto, bajo un cielo despejado y estrellado, con el eco del viento entre las dunas como única compañía.
Este tour incluye una noche de alojamiento en la ciudad de Nazca, en un hospedaje cuidadosamente seleccionado para ofrecerte comodidad, seguridad y tranquilidad.
El Hotel Casa Hacienda Nasca Oasis ofrece una experiencia única en medio del desierto, combinando historia, naturaleza y confort. Su arquitectura colonial, rodeada de huertos y jardines, crea un ambiente cálido y acogedor. Sus 35 habitaciones están decoradas con arte barroco y mobiliario rústico, brindando una estadía cómoda y auténtica. Cuenta con piscina al aire libre, restaurante de cocina peruana, bar, y amplias áreas verdes ideales para relajarse.
Ubicado a pocos minutos del centro de Nasca, es el punto de partida perfecto para explorar las famosas Líneas de Nasca, los acueductos de Cantalloc y las dunas de Cerro Blanco. Además, ofrece Wi-Fi, estacionamiento gratuito y organización de tours personalizados. Perfecto para quienes buscan descanso, cultura y aventura en un solo lugar.
Este paquete de 10 días y 9 noches ha sido diseñado para brindarte una experiencia completa, con actividades icónicas como el sobrevuelo a las Líneas de Nasca, el paseo por las Islas Ballestas y la aventura en el oasis de Huacachina. Todo esto, organizado con cuidado, seguridad y atención al detalle.
Opción 1, Sin Hotel (Consulte con su asesor para ver otras opciones como Airbnb o departamentos familiares).
Precio Regular: USD 920.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 735.00 por persona.
Opción 2, en Hotel 3 Estrellas
Precio Regular: USD 1,250.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 999.00 por persona.
Opción 3, en Hotel 3 Estrellas Superior
Precio Regular: USD 1,375.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 1,099.00 por persona.
Opción 4, en Hotel 4 Estrellas
Precio Regular: USD 1,430.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 1,145.00 por persona.
Este tour tiene alta demanda, especialmente en fines de semana largos y temporadas festivas. Te recomendamos reservar con anticipación para asegurar tu cupo y el tipo de alojamiento que prefieras.
¿Quieres más detalles? Contáctanos y te ayudamos a personalizar tu viaje.
Embárcate en un viaje inolvidable por la costa sur y los Andes del Perú, donde el desierto se encuentra con el océano y las montañas abrazan la historia inca. Un recorrido de 10 días que combina paisajes extraordinarios, legado ancestral y experiencias auténticas diseñadas para conectar con la esencia del país.
Bienvenida a Cusco y conexión con su historia
Un primer encuentro con la herencia inca y la vida colonial
A tu llegada a Lima, te damos la bienvenida y te llevamos a recorrer sus joyas más emblemáticas: el malecón de Miraflores con vistas al Pacífico, la Huaca Pucllana como vestigio preincaico, y el centro histórico con su arquitectura colonial. El recorrido cierra en el Convento de San Francisco, entre catacumbas y arte barroco. Un primer día para comenzar a entender la historia viva del Perú.
Del océano al desierto: naturaleza extrema y aventura
Desde la brisa marina hasta la arena ardiente, hoy cruzamos dos mundos en un solo día.
Empezamos en Paracas, navegando entre formaciones rocosas y fauna marina en las Islas Ballestas: lobos marinos, pingüinos y aves nos acompañan entre olas y acantilados. Luego, en Ica, la tierra se vuelve sabor en una bodega artesanal donde degustamos piscos y vinos. Cerramos el día en el oasis de Huacachina, entre dunas doradas y emoción: buggies a toda velocidad y sandboarding para liberar adrenalina.
Las líneas que desafían el tiempo
Desde el cielo, los antiguos nos hablan en figuras imposibles.
En el aeródromo de Nasca subimos a la avioneta que nos lleva a sobrevolar uno de los mayores enigmas del mundo: las Líneas de Nasca. Figuras gigantes como el colibrí, el mono o la araña emergen desde el desierto, intactas, misteriosas. Al regresar, Ica nos regala un atardecer tranquilo en Huacachina, entre palmeras y arena.
Del desierto a los Andes
Hoy cambiamos el mar por las montañas, el calor costero por la historia viva de los Andes.
Por la mañana tomamos el vuelo hacia Cusco, la antigua capital del Tahuantinsuyo. Al llegar, el aire se siente más delgado y el cielo más profundo: estamos en el corazón del mundo andino. Tras el traslado al hotel, tendrás un breve descanso para aclimatarte.
Por la tarde, nos espera el City Tour Cusco, una introducción envolvente a esta ciudad sagrada. Caminamos por calles empedradas que conectan el pasado inca con la herencia colonial: visitamos la imponente Catedral, el Coricancha (Templo del Sol) y los complejos arqueológicos que rodean la ciudad como Sacsayhuamán, Q'enqo y Tambomachay.
Sabiduría ancestral en el Valle Sagrado
Un recorrido por el corazón agrícola, espiritual y artesanal del mundo inca.
Desde Chinchero, donde los telares aún cantan historias, seguimos hacia Moray, las terrazas circulares que desafiaron la altitud con ciencia. Luego las Salineras de Maras, un espejo blanco que brilla en la montaña. Almorzamos junto al río Urubamba y por la tarde exploramos Ollantaytambo, con su imponente fortaleza. Cerramos el día en el mercado tradicional de Pisac, entre aromas andinos y colores vivos.
Camino hacia la maravilla
Entre trenes, montañas y ríos, Machu Picchu comienza a revelarse.
Desde Cusco partimos hacia Ollantaytambo, donde abordamos el tren panorámico rumbo a Aguas Calientes. La jornada se llena de vistas andinas, ríos cristalinos y laderas cubiertas de historia. La tarde es libre para relajarse, caminar o visitar las aguas termales del pueblo.
Encuentro con la ciudad sagrada
Una mañana donde el tiempo se detiene y el alma se eleva.
Subimos al santuario de Machu Picchu al amanecer. Caminamos entre templos, terrazas y pasajes rodeados de neblina, acompañados por un guía que convierte la piedra en historia viva. Descubrimos el Templo del Sol, la Roca Sagrada y las vistas más icónicas de los Andes. Por la tarde, regresamos a Cusco con el corazón lleno.
La montaña que pintó la tierra
Cada paso en la altura revela un paisaje que parece de otro planeta.
Partimos antes del amanecer rumbo a las faldas de Vinicunca. La caminata es exigente, pero cada metro vale la pena. En la cima, una montaña teñida por minerales milenarios nos espera: rojo, dorado, verde, azul. Un espectáculo que recompone el esfuerzo con una imagen imborrable.
Entre nevados y lagunas sagradas
Una caminata hacia el silencio andino, donde el agua refleja el alma del viajero.
Desde Soraypampa ascendemos entre montañas hasta llegar a la Laguna Humantay. Turquesa y serena, esta laguna se encuentra al pie del nevado Salkantay y está rodeada de un paisaje sobrecogedor. Aquí el silencio es sagrado y la conexión con la naturaleza, profunda.
Despedida andina
El viaje termina, pero lo vivido se queda contigo.
Después de días intensos, toca volver. Te acompañamos al aeropuerto con la certeza de que este viaje no solo recorrió lugares, sino también emociones que te acompañarán mucho después del regreso.
Un recorrido completo y equilibrado: Desde ruinas incas en lo alto de los Andes hasta paisajes desérticos y líneas milenarias vistas desde el cielo, este itinerario reúne lo más emblemático del Perú.
Diversidad de experiencias: Historia viva en Machu Picchu, aventuras en las dunas de Ica, navegación entre fauna marina en Paracas y sobrevuelo de geoglifos ancestrales en Nasca.
Comodidad en cada tramo: Todos los traslados, ingresos y alojamientos están organizados para que solo te concentres en disfrutar el viaje.
Guías apasionados: Conocen cada rincón y te acompañan con relatos que transforman cada parada en una historia viva.
Ideal para quienes buscan profundidad sin prisas: Una ruta diseñada para conocer sin correr, con tiempo para explorar, descansar y asombrarte.
Turismo responsable: Promovemos prácticas sostenibles y colaboramos con comunidades locales para que tu viaje también sea un aporte positivo.
Momentos únicos, dignos de recordar: Desde ver el amanecer en los Andes hasta volar sobre el misterio de Nasca, cada día guarda una postal inolvidable.
Una introducción vibrante al Perú colonial y preincaico, entre vistas costeras y relatos escondidos en las piedras antiguas.
Bienvenida a la ciudad de los reyes
Tras tu llegada a Lima, nuestro equipo te recibirá y acompañará al hotel. Luego de un breve descanso, iniciamos nuestra primera inmersión cultural en la capital peruana, una ciudad donde el pasado convive con el presente en cada rincón.
Miraflores: vista al océano y arte urbano
Nuestra primera parada es el encantador Parque del Amor, en el malecón de Miraflores. Desde aquí, el Océano Pacífico se extiende ante nosotros, mientras esculturas modernas y coloridos mosaicos nos introducen al carácter vibrante de la ciudad.
Huaca Pucllana: un legado preincaico en medio de la urbe
Continuamos hacia la Huaca Pucllana, un sitio arqueológico que se eleva entre los edificios modernos como un recordatorio silencioso de civilizaciones anteriores a los incas. Sus plataformas piramidales de adobe revelan secretos de una Lima antigua y aún enigmática.
Centro histórico: plazas que narran siglos
El recorrido nos lleva al centro histórico, donde recorreremos avenidas coloniales como el Jirón de la Unión y llegaremos a la majestuosa Plaza Mayor. Aquí se alzan edificios emblemáticos como el Palacio de Gobierno y la Catedral de Lima, guardianes de la historia virreinal.
Convento de San Francisco: entre bóvedas, catacumbas y manuscritos
Cerramos el día en uno de los monumentos más significativos de la ciudad: el Convento de San Francisco. Su arquitectura barroca, su valiosa biblioteca y las famosas catacumbas ofrecen un recorrido único por el arte, la fe y la historia del Perú colonial.
Regreso al hotel y fin del tour
Al concluir este recorrido lleno de cultura, te acompañamos de vuelta a tu hotel en Lima. Esta experiencia te dejará una mezcla única de historia, espiritualidad y el encanto de la ciudad. Un tour corto pero intenso, perfecto para quienes quieren descubrir lo más destacado de la capital peruana en solo una tarde.
De los acantilados marinos al desierto ondulante: un día entre fauna salvaje, vino ancestral y dunas infinitas
Salida desde Lima y desayuno con esencia costeña
Dejamos atrás la ciudad para adentrarnos en paisajes de cielos abiertos y brisa marina. Una parada estratégica en una panadería tradicional te espera: hierbas aromáticas, panes de leña recién horneados y café de olla te sumergen en la calidez del sur (desayuno opcional).
Islas Ballestas: El pequeño Galápagos peruano
Al llegar a Paracas, abordamos deslizadores para navegar hacia este santuario natural. Lobos marinos juguetones, pingüinos de Humboldt y bandadas de aves guaneras te reciben entre formaciones rocosas bañadas por el Pacífico. Durante el recorrido, un misterio se revela: el Candelabro de Paracas, un geoglifo de más de 50 metros de altura grabado en la arena. ¿Señal para navegantes antiguos? ¿Obra de culturas preincas? Descúbrelo mientras el viento salado acarrea sus secretos.
Bodega artesanal: Pisco, vinos y tradición que perdura
En el corazón del desierto iqueño, visitamos una bodega familiar donde el tiempo parece detenerse. Aquí, las uvas se pisaban con los pies hace siglos, y hoy sus paredes guardan barricas de roble. Degusta piscos puros y acholados, vinos dulces como la borgoña y cremas de higo o frambuesa, mientras aprendes de manos expertas por qué esta tierra es la cuna del destilado peruano.
Oasis de Huacachina: Adrenalina entre dunas
Un espejismo cobra vida: palmeras, una laguna esmeralda y dunas infinitas. Sube a los buggies 4x4 para un viaje vertiginoso por montañas de arena, con subidas que roban el aliento y caídas que liberan risas. Luego, el sandboarding te desafía a deslizarte como surfista del desierto. Al final, contempla el atardecer desde las dunas: el sol tiñe el cielo de rosa mientras la brisa susurra historias de viajeros y leyendas locales.
Viaje a Nasca y descanso
Finalizamos el día viajando rumbo a Nasca, tierra de antiguas culturas y secretos grabados en la tierra. A tu llegada, te espera una noche de descanso en un alojamiento cómodo, donde podrás recuperar energías antes del inolvidable sobrevuelo del día siguiente.
El cielo como mirador de un misterio milenario tallado en la arena
El misterio grabado en el desierto
El amanecer en Nazca te sorprende con su luz dorada bañando las dunas. Un desayuno ligero y reconfortante en tu alojamiento prepara tu cuerpo para la experiencia aérea que está por comenzar. El aire fresco de la mañana acaricia tu rostro mientras abordas el transporte que te llevará al aeródromo, donde las avionetas esperan para revelarte uno de los mayores enigmas arqueológicos del mundo.
Sobrevuelo de las Líneas de Nazca: Cuando el desierto cobra vida
Al despegar, la emoción se mezcla con esa ligera adrenalina que produce elevarse sobre el vasto desierto. De pronto, como por arte de magia, las figuras comienzan a aparecer bajo tus pies: el colibrí con sus alas extendidas parece batirlas contra el viento, el mono de cola en espiral juega eternamente en la arena, y la araña gigante teje su misteriosa red sobre la tierra rojiza.
El piloto, con maniobras precisas y suaves, gira la avioneta para que cada pasajero pueda admirar en todo su esplendor estas creaciones que han desafiado el tiempo por más de 2,000 años. Mientras tanto, el guía a bordo te sumerge en las teorías que rodean a estos geoglifos: ¿Fueron un calendario astronómico? ¿Mensajes para los dioses? ¿O quizás señales para visitantes de otros mundos? Cada explicación añade capas de misterio a estas figuras que solo pueden ser apreciadas en toda su magnitud desde el cielo.
Regreso a Ica y tiempo libre en el oasis
Después del aterrizaje, emprendemos el regreso en transporte privado hacia la ciudad de Ica. Aquí dispondrás de tiempo libre para almorzar, descansar o pasear por los alrededores del oasis de Huacachina, uno de los rincones más pintorescos del desierto peruano. Puedes relajarte junto a la laguna, explorar las tiendas de artesanías o incluso disfrutar de una bebida fresca mientras observas cómo la tarde tiñe las dunas de tonos cálidos.
Este momento de pausa es ideal para digerir lo vivido, compartir impresiones con otros viajeros o simplemente dejarte llevar por el ritmo tranquilo del lugar, rodeado de palmeras, arena y misterio.
Retorno con el desierto en la memoria
Por la tarde, emprendemos el camino de regreso a Lima en transporte compartido. Durante el viaje, el paisaje desértico se transforma lentamente en ciudad, mientras el atardecer pinta el horizonte con tonos que parecen prolongar la experiencia. Al llegar a Lima, te dejaremos en la puerta de tu hotel, cerrando así una jornada única donde el cielo fue el escenario de uno de los grandes enigmas del mundo antiguo.
Del mar al ombligo del mundo: un salto de altura hacia la capital espiritual de los Andes
Traslado al aeropuerto y vuelo a Cusco
Tu día comienza con el traslado desde tu hotel en Lima hacia el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. Aunque el vuelo Lima-Cusco no está incluido en el paquete, nuestro equipo de asesores puede ayudarte a encontrar las mejores opciones de vuelo según tus preferencias y presupuesto.
Llegada a Cusco y recojo en el aeropuerto
Al aterrizar en el aeropuerto Alejandro Velasco Astete de Cusco, nuestro personal te estará esperando para trasladarte a tu hotel. Tendrás tiempo para descansar y aclimatarte a la altitud antes de comenzar el city tour por la tarde.
Catedral del Cusco: Donde el barroco se tiñe de andino
Nuestros pasos resuenan en las piedras milenarias de la Plaza de Armas al entrar a esta joya arquitectónica construida sobre los cimientos del palacio de Viracocha. La luz tenue ilumina los altares bañados en plata, donde los artistas indígenas escondieron secretos en sus tallados: pumas camuflados entre nubes barrocas, la luna representada como Mama Quilla en los marcos de los lienzos, y ese famoso cuadro de la Última Cena donde los apóstoles comparten un cuy andino. Cada detalle cuenta la historia de un choque cultural que dio origen a un nuevo arte mestizo.
Coricancha: El templo que deslumbró a los conquistadores
Al cruzar el umbral del que fuera el Templo del Sol, aún puedes sentir la energía de cuando sus muros reflejaban el astro rey con planchas de oro puro. Los españoles describieron que su brillo era visible desde kilómetros de distancia. Hoy, entre las piedras perfectamente ensambladas que sobrevivieron al saqueo, descubrimos cómo los incas veneraban a las constelaciones en el Templo de las Estrellas y por qué eligieron este punto exacto como el centro cósmico de su imperio. El contraste con el convento colonial construido sobre sus cimientos es quizás la mejor metáfora del Cusco actual.
Sacsayhuamán: La fortaleza que desafía el tiempo
A medida que ascendemos, el aire se enrarece y ante nosotros aparecen esos megalitos ciclópeos que han desconcertado a generaciones de arquitectos. Bloques de piedra tan perfectamente encajados que ni un alfiler podría penetrar sus uniones, dispuestos en zigzag como homenaje al dios rayo. Desde sus miradores, comprendemos por qué los incas llamaban a Cusco "el cuerpo del puma", con Sacsayhuamán formando la cabeza del felino sagrado. Cada solsticio de junio, este lugar revive su esplendor durante el Inti Raymi, cuando el sol se alinea mágicamente con sus portales ceremoniales.
Q'enqo: El vientre de piedra de la Pachamama
El viento susurra entre los pasadizos laberínticos de este santuario tallado en roca viva. Aquí, los sacerdotes incas realizaban rituales lunares en ese altar sacrificial que aún conserva los canales por donde corría la chicha sagrada. Al tocar las paredes pulidas por siglos de ceremonias, muchos visitantes sienten esa energía especial que convierte a Q'enqo en algo más que ruinas: es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido.
Puca Pucara y Tambomachay: Guardianes del agua sagrada
Mientras el sol comienza a descender, llegamos a estas dos joyas arquitectónicas que funcionaban en perfecta armonía. Puca Pucara, con sus muros que se incendian de rojo al atardecer, vigilaba los caminos hacia el valle. Mientras que en Tambomachay, el agua - ese elemento sagrado para los incas - sigue fluyendo con precisión matemática seis siglos después, a través de acueductos que parecen desafiar las leyes de la gravedad.
Regreso al hotel
El regreso a la ciudad coincide con el momento en que las luces comienzan a iluminar los tejados coloniales, creando ese juego de contrastes que hace único al Cusco. Tendrás la tarde libre para perderte entre sus callejones, saborear un chocolate caliente en alguna de sus plazuelas o simplemente descansar, mientras la magia de esta ciudad se va apoderando lentamente de tu espíritu.
Un día para recorrer el corazón ancestral de los Andes
Un viaje al corazón sagrado de los Andes
El día comienza temprano, con la recogida en tu hotel en Cusco. Mientras el sol comienza a pintar de oro los tejados coloniales, dejamos atrás la ciudad y nos adentramos en un paisaje que parece eterno. Las montañas, cubiertas de neblina, se abren paso ante nosotros como centinelas de piedra que anuncian el inicio de un recorrido legendario.
Chinchero: el arte del tejido ancestral
Nuestra primera parada es Chinchero, un pueblo suspendido en el tiempo. Aquí, los colores no solo se ven: se huelen, se tocan y se escuchan en las voces de las tejedoras que transforman la lana de alpaca en obras de arte vivas. Los tintes naturales extraídos de flores, raíces y minerales se mezclan con historias contadas entre risas, mientras en lo alto se alza la iglesia colonial construida sobre un antiguo palacio inca. Todo en Chinchero habla de resistencia, fusión y memoria.
Moray: el experimento agrícola más ambicioso del mundo andino
Desde allí, seguimos hasta Moray, un lugar que deja sin aliento. Terrazas circulares descienden como anillos hacia el corazón de la tierra, creando un efecto visual hipnótico. Pero lo que parece un diseño artístico es, en realidad, una proeza científica: los incas crearon aquí microclimas para adaptar cultivos a distintas altitudes. Caminamos entre andenes que una vez vieron florecer quinua, papa, maíz… cada peldaño, un peldaño hacia el conocimiento.
Salineras de Maras: donde el sol se transforma en sal
Muy cerca de allí, las Salineras de Maras nos deslumbran con su geometría ancestral. Más de tres mil pozas escalonadas recogen agua salada desde una fuente subterránea milenaria. Bajo el sol, brillan como espejos de cristal. Los comuneros siguen extrayendo la sal como lo hacían sus ancestros, y al probarla sentimos que saboreamos la tierra misma. La sal rosada de Maras, con su sabor único, es solo uno de los regalos que este lugar tiene para ofrecer.
Urubamba: una pausa entre sabores y montañas
Llegamos a Urubamba cuando el hambre se mezcla con el asombro. Aquí, en el corazón del Valle Sagrado, hacemos una pausa para el almuerzo. Un restaurante con vista panorámica nos recibe con un buffet donde la cocina andina despliega su riqueza: maíz gigante, quinua, tubérculos nativos, carnes al horno, ensaladas frescas y postres con fruta local. Mientras la música tradicional resuena suavemente, las montañas nos envuelven con su silencio majestuoso. Una infusión de muña o coca cierra la comida como un ritual de agradecimiento.
Ollantaytambo: la ciudad viva de los incas
Continuamos hacia Ollantaytambo, un enclave que no solo guarda historia: la vive. Sus calles empedradas, canales de agua aún activos y casas construidas sobre bases incas nos sumergen en el pasado. Subimos lentamente hacia las terrazas de la fortaleza, donde los bloques de granito rojo parecen haber sido moldeados por titanes. Desde lo alto, la vista del valle es conmovedora. Este fue el último bastión inca frente a los conquistadores y, al caminar por sus templos, sentimos que la resistencia aún late en cada piedra.
Pisac: un legado suspendido entre el cielo y la tierra
La jornada continúa en Pisac, donde las ruinas arqueológicas se despliegan como balcones colgados en la montaña. Caminamos entre templos, almacenes y miradores que servían tanto a fines agrícolas como espirituales. De regreso al pueblo, el mercado artesanal nos invita a explorar tejidos multicolores, cerámicas pintadas a mano, instrumentos musicales y joyas de plata. Aquí, el trueque aún existe, y las sonrisas son parte del intercambio.
Mirador del Valle: la postal final
Antes de regresar a Cusco, hacemos una última parada en un mirador que domina todo el Valle Sagrado. El atardecer tiñe de oro y violeta los picos andinos, mientras el río Urubamba serpentea como un lazo de vida entre los campos. Es el momento perfecto para respirar hondo, cerrar los ojos y grabar la imagen en la memoria.
Una experiencia andina que despierta los sentidos
Imagina empezar el día rodeado de montañas milenarias, respirando aire puro y emprendiendo un viaje hacia uno de los destinos más impresionantes del planeta. Esta experiencia no es solo un paseo turístico: es un recorrido hacia la historia viva de los Andes, hacia una ciudad sagrada construida por los incas sobre la cima de una montaña cubierta de neblina. A bordo del tren panorámico Vistadome Observatory, cada tramo del camino hacia Machupicchu se convierte en una aventura visual y emocional.
La sensación de dejar atrás la rutina y sumergirse en el corazón de los Andes es incomparable. Desde el primer momento, sentirás que estás por vivir algo único: una experiencia que mezcla historia, naturaleza y la energía de un lugar que sigue siendo sagrado para muchos pueblos andinos.
Desde Cusco a Ollantaytambo: la antesala del viaje sagrado
El día comienza temprano, cuando nuestro equipo pasa a buscarte por tu alojamiento en Cusco, la antigua capital del Imperio Inca y una de las ciudades más emblemáticas de Perú. Desde allí partimos hacia el Valle Sagrado de los Incas, una región fértil y majestuosa, atravesada por el río Urubamba y rodeada de montañas.
Nuestro destino intermedio es Ollantaytambo, un encantador pueblo andino que aún conserva el trazado urbano de época inca. Sus calles empedradas, canales de agua cristalina y templos milenarios lo convierten en una auténtica cápsula del tiempo. Este será el punto de partida hacia el corazón del legado inca.
A medida que avanzamos por la carretera, los paisajes van cambiando: verás campos cultivados con técnicas ancestrales, pequeños pueblos de adobe donde la vida transcurre a otro ritmo, y montañas que aún hoy son consideradas sagradas por las comunidades locales. Si el clima lo permite, nos detendremos en un mirador natural, perfecto para tomar fotos y admirar el valle desde las alturas.
Tren Vistadome Observatory: el viaje como experiencia
Desde la estación de Ollantaytambo, embarcamos en el tren Vistadome Observatory, famoso por sus ventanales amplios y su techo de vidrio que permiten disfrutar del paisaje como si formaras parte de él. Durante el trayecto de casi dos horas hasta el pueblo de Aguas Calientes, el tren avanza junto al río, atraviesa bosques nubosos y se abre paso entre montañas escarpadas y verdes colinas que marcan el ingreso a la zona de selva alta.
Los paisajes del Valle Sagrado desfilan ante nuestros ojos: montañas que parecen tocar el cielo, ríos que serpentean antiguos caminos y picos nevados que guardan secretos milenarios. A bordo, música tradicional y danzas típicas acompañan el recorrido, envolviendo al viajero en una experiencia sensorial y cultural única.
La experiencia se completa con bebidas típicas, snacks y una atención cálida que te hará sentir parte de algo especial. Cada instante en el tren es una invitación a conectar con la belleza del entorno y anticipar la grandeza que nos espera.
Tarde libre en Aguas Calientes
Al llegar a Aguas Calientes, pueblo al pie de Machupicchu, el tiempo es tuyo. Puedes disfrutar de sus tranquilas calles, comprar recuerdos artesanales o relajarte en sus aguas termales naturales. Esta es una pausa perfecta para renovar energías antes del gran día que nos espera.
La serenidad de este pueblo, rodeado de montañas y envuelto en neblina, permite desconectar del mundo y prepararse emocionalmente para el encuentro con la ciudad sagrada. Muchos viajeros aprovechan este momento para escribir en un diario, meditar junto al río o simplemente observar cómo la niebla danza entre los techos.
Una experiencia espiritual entre piedras sagradas y nubes danzantes
El segundo día comienza temprano, cuando el pueblo de Aguas Calientes aún se despereza entre brumas. El murmullo constante del río Urubamba marca el ritmo de la mañana, mientras los viajeros se preparan para el momento más esperado del viaje. Las calles, aún silenciosas, conservan una mística especial: todo parece fluir hacia un mismo propósito, como si el día entero estuviera dedicado a honrar un lugar sagrado.
Tras un desayuno liviano, abordamos el bus ecológico que asciende por la carretera Hiram Bingham. El trayecto, de aproximadamente 25 minutos, atraviesa una ruta serpenteante bordeada de vegetación densa y vistas impresionantes. A medida que el vehículo sube, el paisaje se transforma: la neblina se espesa, los cerros se alzan imponentes y la emoción crece con cada curva. No hay palabras suficientes para describir ese momento en el que uno entiende que está a punto de ver algo que trasciende lo cotidiano.
Ingreso al santuario: la primera mirada que transforma
La llegada al ingreso de Machu Picchu es casi ceremonial. Se cruza un portal que parece marcar el paso a otro mundo: el que queda atrás y el que se abre frente a los ojos. De pronto, entre las nubes bajas y la vegetación, aparece la ciudadela inca suspendida entre montañas, perfecta en su simetría, colosal en su sobriedad.
El primer mirador es uno de los momentos más impactantes de toda la travesía. Desde ese punto, Machu Picchu se presenta en todo su esplendor: terrazas agrícolas construidas en las laderas, templos alineados con precisión solar, y senderos que conectan distintos sectores del complejo. Muchos visitantes se detienen en silencio, conmovidos por la escena, conscientes de que están frente a algo único en el mundo.
Recorrido guiado: entre ciencia, fe y poder
Durante más de tres horas, el recorrido guiado se convierte en una lección viva de historia, arquitectura y cosmovisión andina. El guía, con formación académica y profunda conexión con el legado incaico, nos conduce por los principales sectores del santuario, entre explicaciones técnicas y relatos ancestrales.
El circuito comienza en el Templo del Sol, una edificación semicircular que se eleva sobre una gran roca natural. Su orientación responde a fenómenos astronómicos, y durante los solsticios, la luz solar entra por sus ventanas con una precisión sorprendente. Luego visitamos el Intihuatana, un monolito tallado directamente en la roca, considerado un instrumento ritual de observación solar. Aún hoy, su función exacta despierta debate entre arqueólogos y astrónomos.
Cruzamos la Plaza Sagrada, el corazón ceremonial de la ciudad, donde se realizaban ofrendas y rituales. Desde allí se accede al Templo de las Tres Ventanas, cuyas aberturas representan los tres niveles del mundo incaico: el cielo (Hanan Pacha), la tierra (Kay Pacha) y el inframundo (Ukhu Pacha).
Más adelante, el recorrido nos lleva por las terrazas agrícolas, verdaderas obras de ingeniería adaptadas a la montaña. Estas estructuras no solo permitían el cultivo eficiente, sino que también cumplían una función de drenaje para proteger la ciudad de deslizamientos durante las lluvias.
Todo está diseñado con un propósito funcional y espiritual. Cada muro, cada escalón, cada orientación tiene sentido dentro del pensamiento andino, donde la arquitectura no se separa del paisaje, sino que dialoga con él.
Tiempo para contemplar y conectar
Al finalizar el recorrido formal, hay tiempo libre para disfrutar del lugar a tu propio ritmo. Puedes sentarte en uno de los sectores elevados y contemplar el valle, o recorrer alguna zona más tranquila para hacer fotografías y absorber la energía del entorno.
Este momento permite asimilar todo lo vivido, no desde lo racional, sino desde la emoción. Machu Picchu no es solo una postal: es una experiencia que deja huella, un encuentro íntimo con la historia y con uno mismo.
Regreso a Aguas Calientes: pausa para el alma
El descenso en bus devuelve una última mirada a las montañas que rodean el santuario. Ya en Aguas Calientes, el ritmo cambia. Es tiempo de relajarse, almorzar y cerrar el día con calma. Hay múltiples opciones gastronómicas para todos los gustos, desde platos típicos peruanos hasta cocina internacional.
Quienes lo deseen pueden regresar a las aguas termales naturales, famosas por sus propiedades relajantes y su entorno natural. Es el cierre perfecto para una jornada de caminata y emociones intensas, ideal para relajar los músculos y la mente.
Viaje de retorno a Cusco
Por la tarde, abordamos el tren Expedition para emprender el viaje de regreso. Durante el trayecto, el paisaje se vuelve más dorado y melancólico. Las imágenes del día se repasan en silencio mientras el tren recorre los últimos tramos junto al río Urubamba.
Al llegar a Ollantaytambo, un vehículo turístico nos espera para continuar hacia Cusco. El retorno es tranquilo, propicio para reflexionar. No se regresa igual: algo ha cambiado, se ha despertado, se ha conectado.
Una caminata entre cielos infinitos, paisajes sagrados y un arcoíris pintado por la tierra.
Camino hacia los Andes profundos
Antes de que amanezca, dejamos Cusco atrás y nos adentramos en los Andes rumbo a Cusipata. El trayecto matutino nos regala imágenes de pastores arropados en ponchos, campos cubiertos de escarcha y montañas que, poco a poco, se encienden con los primeros rayos del sol. Es el inicio de una travesía hacia uno de los paisajes más singulares del planeta.
Desayuno en Cusipata: energía para el alma y el cuerpo
Tras un par de horas de viaje, nos detenemos en Cusipata para disfrutar de un desayuno caliente. Mientras saboreamos infusiones andinas y pan recién horneado, nuestro guía comparte recomendaciones esenciales para el ascenso: hidratación constante, ritmo pausado y una mente abierta para lo que está por venir.
El ascenso comienza: hacia el corazón mineral de los Andes
Desde Phulawasipata, iniciamos la caminata. El paisaje es un lienzo abierto: colinas ocres, pastizales salpicados de llamas y la silueta imponente del nevado Ausangate al fondo. A medida que ascendemos, el verde desaparece y la tierra adopta tonos rojizos y dorados. Aquí, el silencio solo es roto por el viento y el suave crujir de las botas sobre el suelo mineral.
El aire se vuelve más delgado, y cada paso cuesta un poco más. Pero la recompensa se intuye, y la motivación crece con cada curva superada.
Vinicunca: la montaña que estalla en colores
De pronto, el horizonte se abre. Vinicunca se revela en todo su esplendor: una sinfonía de rojos, verdes, turquesas y amarillos se desliza por su ladera como si la tierra hubiese absorbido todos los colores del arcoíris. La vista corta el aliento —no solo por la altitud, sino por la belleza surreal que se despliega ante nuestros ojos.
Desde la cima, a más de 5,000 metros sobre el nivel del mar, sentimos la conexión profunda con los Apus, las montañas sagradas de los Andes. Este no es solo un mirador, es un altar natural desde el que se contempla la grandeza del mundo.
Descenso sereno y sabores ancestrales
La bajada es más ligera. Con el cuerpo cansado pero el espíritu en calma, regresamos a Phulawasipata y luego a Cusipata. Allí nos espera un almuerzo buffet con productos locales: quinua, papas nativas, carnes al horno y ajíes aromáticos, en un banquete que honra la tierra andina.
Regreso a Cusco: la jornada que se queda en el corazón
Al final del día, retornamos a Cusco. Mientras el sol se despide detrás de las montañas, la sensación es clara: hemos sido testigos de un milagro geológico, y hemos vivido una aventura que desafía la altura y emociona hasta los huesos.
Un santuario natural entre cumbres sagradas, donde la montaña respira y el alma se aquieta.
Magia turquesa en las alturas
Hay lugares que parecen esculpidos para asombrar. La Laguna de Humantay es uno de ellos. Enclavada a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, esta joya turquesa se extiende al pie de glaciares sagrados, en un paisaje donde la tierra conversa con el cielo y el silencio se vuelve sagrado. Visitarla no es solo una caminata: es un encuentro con la naturaleza andina en su estado más puro.
Salida desde Cusco: el amanecer en la cordillera
La jornada comienza muy temprano, cuando las primeras luces del día apenas rozan los tejados coloniales de Cusco. Nuestro equipo pasa a recogerte directamente por tu hotel. Mientras salimos de la ciudad, la carretera asciende entre laderas cubiertas de niebla y campos de cultivo que se tiñen de oro bajo el sol naciente. A cada curva, los paisajes se vuelven más vastos, más silenciosos, más andinos.
El aire fresco anuncia la llegada a tierras altas. Durante el trayecto, podrás apreciar los cambios en la vegetación, los colores del cielo sobre los Andes, y pequeños pueblos que conservan un modo de vida ancestral. Esta transición no es solo geográfica: también es interior.
Desayuno en Mollepata: tradición y energía
Hacemos una pausa en Mollepata, un pueblo pintoresco a casi 3.000 metros de altitud, rodeado de montañas suaves y clima templado. Aquí, en un restaurante familiar, disfrutamos de un desayuno nutritivo elaborado con productos locales: pan artesanal, frutas de estación, mate de coca, y platos calientes que reconfortan el cuerpo antes del ascenso.
El pueblo respira tranquilidad y memoria. Es punto de partida para caminantes del Salkantay Trek, y conserva su identidad andina en la arquitectura, los mercados, y las historias que aún se cuentan boca a boca. Si el tiempo lo permite, se puede visitar una pequeña casa-museo dedicada a las rutas sagradas de la región, donde se honra la conexión entre el ser humano y las montañas.
Llegada a Soraypampa: inicio del silencio blanco
Continuamos en vehículo hasta Soraypampa, a unos 3.900 metros sobre el nivel del mar. Aquí el paisaje cambia radicalmente. Las montañas dejan de ser colinas para convertirse en gigantes nevados. El aire se vuelve más claro, más seco. Y el silencio, más profundo.
Este es el punto de inicio de nuestra caminata. A lo lejos se divisan los colosos tutelares: el Nevado Salkantay, el segundo pico más alto de Cusco, y el Humantay, cuyas nieves perpetuas dan origen a la laguna. Es imposible no detenerse a contemplar la inmensidad. La atmósfera es serena, cargada de respeto.
Ascenso hacia la Laguna de Humantay: paso a paso entre los Apus
Comienza el sendero. Son aproximadamente 4.2 kilómetros de ida y vuelta, con una pendiente constante que nos desafía a avanzar sin prisa. La caminata, de dificultad moderada, nos lleva a través de paisajes que parecen mutar a cada paso: pastizales de altura, rocas cubiertas de líquenes, arroyos de deshielo y cielos que cambian de color al ritmo de las nubes.
Cada descanso es una oportunidad para mirar alrededor y entender por qué los incas consideraban estas tierras sagradas. El guía, atento al ritmo del grupo, comparte relatos sobre los Apus —los espíritus de las montañas—, sobre los rituales de gratitud a la Pachamama, y sobre cómo los caminos de piedra conectaban aldeas, templos y mundos.
Encuentro con la laguna: belleza que desarma
Y entonces, tras el último tramo del ascenso, se abre el claro: la Laguna de Humantay aparece al pie del glaciar, como una ofrenda celeste. El agua, de un color turquesa intenso, parece moverse sin moverse. Refleja las nubes, los picos nevados y, a veces, el vuelo de un cóndor que surca el cielo en silencio.
El lugar impone respeto. Muchos se quedan sin palabras. Otros se sientan a contemplar. Hay quienes meditan, y quienes caminan en silencio por la orilla. Si el grupo lo desea, se puede realizar una pequeña ceremonia andina: un agradecimiento simple, con hojas de coca, para honrar la tierra y el viaje.
Descenso y retorno a Soraypampa
Luego de conectar con este espacio sagrado, iniciamos el regreso por el mismo sendero. La bajada, más liviana, ofrece nuevas vistas y detalles antes inadvertidos: flores nativas, musgos brillantes, aves curiosas. Es un momento para respirar con más calma y observar el entorno con ojos renovados.
Al llegar a Soraypampa, hacemos una breve pausa para hidratar y compartir impresiones. El ambiente ahora se siente más familiar: ya no somos visitantes, sino parte del paisaje.
Almuerzo en Mollepata: sabores de montaña
Volvemos a Mollepata para disfrutar de un almuerzo caliente y reparador. En el restaurante local, se sirven platos típicos como trucha a la parrilla, guisos de quinua o sopa de olluco. Todo con ingredientes frescos y sabores caseros. Las bebidas tradicionales, como el mate de muña o la chicha de jora, complementan la experiencia culinaria.
Este es también un momento para compartir lo vivido, reír, descansar y dejar que el cuerpo se relaje antes del retorno.
Regreso a Cusco: la montaña en el corazón
Tras el almuerzo, emprendemos el camino de regreso. La luz de la tarde tiñe los cerros de tonos suaves. En el vehículo, el ambiente es tranquilo. Algunos viajeros duermen, otros miran por la ventana, otros revisan fotos o simplemente guardan silencio. No hace falta hablar mucho: lo esencial ya fue dicho en el idioma de las piedras, del aire, del agua.
Una despedida pausada, con el corazón lleno de historia y los sentidos aún en los Andes
Últimas miradas a Cusco y despedida de Los Andes
El último día en Cusco amanece tranquilo. Dependiendo de tu hora de vuelo, puedes disfrutar de un desayuno relajado, dar un paseo por el centro histórico o simplemente contemplar por última vez los tejados rojizos que adornan esta ciudad andina.
Traslado al aeropuerto
Nuestro equipo coordinará tu traslado hacia el Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete, asegurándose de que llegues con suficiente anticipación para tu vuelo. Así concluye este viaje de diez días por lo mejor del Perú, con experiencias, paisajes y memorias que permanecerán contigo mucho después del regreso.
Todo lo que necesitas para vivir lo mejor del Perú en 10 días
Este recorrido ha sido diseñado para que cada día sea una experiencia sin complicaciones. Transporte, ingresos, guías y alojamiento —todo está pensado para que te sumerjas en la cultura, los paisajes y el legado de este país andino sin preocuparte por los detalles logísticos.
Viajarás en unidades modernas, cómodas y seguras, con aire acondicionado y ventanas amplias para no perderte ni un solo paisaje. Desde la costa del Pacífico hasta las cumbres andinas, cada trayecto está cuidadosamente organizado para ofrecerte confort, puntualidad y tranquilidad. Solo relájate y mira por la ventana: el Perú se despliega ante ti.
En Ica, vivirás una experiencia para el paladar. Descubrirás los secretos del pisco, el vino y las mistelas en una bodega tradicional, con una cata guiada que es también una celebración de los sabores del desierto. Cada trago tiene historia, y aquí también se bebe cultura.
Desde el cielo, los secretos del desierto se revelan. Esta experiencia incluye el ticket aéreo y un guía a bordo que te ayudará a identificar cada figura: el colibrí, el mono, la araña y más. Un momento que transforma para siempre tu forma de mirar la historia.
No es solo un tren. Es una travesía panorámica por el corazón del Valle Sagrado. Ventanas envolventes, terraza observatorio, espectáculo cultural a bordo… el camino a Machupicchu se convierte en un viaje dentro del viaje.
Cómodo, funcional y con vistas espectaculares, el Expedition te lleva de regreso a Cusco mientras el paisaje se despide con elegancia. Ideal para contemplar, repasar fotos y dejar que las emociones se asienten.
Desde que reservas hasta tu vuelo de regreso, nuestro equipo está contigo. Organizamos, confirmamos, asistimos y resolvemos. Porque sabemos que los mejores viajes son los que se viven sin preocupaciones.
Sabemos que no se trata solo de viajar, sino de vivir experiencias que quedan grabadas para siempre. Por eso, este itinerario de 10 días ha sido cuidadosamente diseñado para mostrarte lo mejor del Perú, desde sus costas y desiertos hasta sus montañas sagradas, con todo organizado para que tú solo te concentres en disfrutar.
Este tour es ideal si:
Te entusiasma la idea de descubrir lo mejor del Perú en un solo viaje, sin apuros pero con profundidad.
Quieres explorar desde la biodiversidad marina de Paracas hasta la espiritualidad de Machupicchu.
Disfrutas tanto de la cultura ancestral como de paisajes naturales impactantes.
Te atraen los recorridos completos, con guía, transporte y entradas ya resueltas.
Buscas una experiencia equilibrada: tiempo para asombrarte, pero también para descansar.
Este tour quizás no sea para ti si:
Prefieres itinerarios cortos o muy enfocados en una sola región.
No estás dispuesto a realizar caminatas o madrugar para ciertos tramos.
No te interesan experiencias variadas como el sandboarding, los vuelos turísticos o la exploración arqueológica.
Solo para la parte andina del viaje (Cusco y alrededores). Los primeros días transcurren en la costa (nivel del mar), pero al llegar a Cusco, es normal sentir el cambio de altitud. Por eso:
Recomendamos descansar bien la primera noche en Cusco.
Hidratarte constantemente y evitar comidas pesadas.
Consultar con tu médico si tienes antecedentes de sensibilidad a la altitud.
Para la costa y desierto (Lima, Paracas, Ica, Nazca):
Lleva ropa fresca y cómoda para clima cálido.
Usa sombrero, gafas de sol y protector solar.
No olvides tu cámara: las postales naturales son memorables.
Lleva efectivo: algunos lugares rurales no aceptan tarjetas.
Para la sierra (Cusco, Machupicchu, montaña de colores):
Viste por capas: los días pueden ser soleados pero las mañanas frías.
Calzado cómodo para caminatas.
Una botella de agua reutilizable siempre a mano.
Si te mareas fácilmente en trayectos, consulta sobre medicación preventiva.
Este tour es de dificultad moderada, apto para viajeros con movilidad básica:
En destinos como la Montaña de Colores o Laguna Humantay, hay caminatas exigentes a más de 4,000 m s.n.m., pero puedes contratar caballos de apoyo si lo necesitas.
En ciudades y sitios arqueológicos, el recorrido se hace a ritmo pausado, con tiempo para explorar o descansar.
Las salidas son diarias, pero la disponibilidad en Machupicchu es limitada. Reserva con anticipación.
Debes llevar pasaporte vigente para los ingresos a Machupicchu y el vuelo a Nasca.
El itinerario puede adaptarse ligeramente por condiciones climáticas o logísticas.
Informa cualquier condición médica o dieta especial antes del viaje. Estamos aquí para ayudarte.
Al final de un día lleno de emociones —navegando entre lobos marinos, recorriendo las dunas de Huacachina y degustando los secretos del pisco—, llega el momento de descansar. Y no es cualquier descanso. Es una pausa en el corazón del desierto, bajo un cielo despejado y estrellado, con el eco del viento entre las dunas como única compañía.
Este tour incluye una noche de alojamiento en la ciudad de Nazca, en un hospedaje cuidadosamente seleccionado para ofrecerte comodidad, seguridad y tranquilidad.
El Hotel Casa Hacienda Nasca Oasis ofrece una experiencia única en medio del desierto, combinando historia, naturaleza y confort. Su arquitectura colonial, rodeada de huertos y jardines, crea un ambiente cálido y acogedor. Sus 35 habitaciones están decoradas con arte barroco y mobiliario rústico, brindando una estadía cómoda y auténtica. Cuenta con piscina al aire libre, restaurante de cocina peruana, bar, y amplias áreas verdes ideales para relajarse.
Ubicado a pocos minutos del centro de Nasca, es el punto de partida perfecto para explorar las famosas Líneas de Nasca, los acueductos de Cantalloc y las dunas de Cerro Blanco. Además, ofrece Wi-Fi, estacionamiento gratuito y organización de tours personalizados. Perfecto para quienes buscan descanso, cultura y aventura en un solo lugar.
Este paquete de 10 días y 9 noches ha sido diseñado para brindarte una experiencia completa, con actividades icónicas como el sobrevuelo a las Líneas de Nasca, el paseo por las Islas Ballestas y la aventura en el oasis de Huacachina. Todo esto, organizado con cuidado, seguridad y atención al detalle.
Opción 1, Sin Hotel (Consulte con su asesor para ver otras opciones como Airbnb o departamentos familiares).
Precio Regular: USD 920.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 735.00 por persona.
Opción 2, en Hotel 3 Estrellas
Precio Regular: USD 1,250.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 999.00 por persona.
Opción 3, en Hotel 3 Estrellas Superior
Precio Regular: USD 1,375.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 1,099.00 por persona.
Opción 4, en Hotel 4 Estrellas
Precio Regular: USD 1,430.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 1,145.00 por persona.
Este tour tiene alta demanda, especialmente en fines de semana largos y temporadas festivas. Te recomendamos reservar con anticipación para asegurar tu cupo y el tipo de alojamiento que prefieras.
¿Quieres más detalles? Contáctanos y te ayudamos a personalizar tu viaje.
$999.00
/Persona
$999.00
/Persona
$999.00
/Persona