Tours ~ Vacaciones Perú (7D/6N)
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ALTITUD MÁXIMA
DIFICULTAD
Descubre la esencia del Perú en siete días que unen la cosmopolita Lima, el desierto vibrante de Ica y la majestuosidad andina de Cusco y Machupicchu. Historia viva, paisajes imponentes y experiencias genuinas se entrelazan en cada jornada.
Pensado para viajeros que quieren verlo todo en poco tiempo, este programa armoniza cultura, naturaleza y aventura. Con guías expertos, traslados seguros y alojamientos seleccionados, tu única tarea será dejarte sorprender.
No es simplemente un viaje: es un recorrido por los contrastes del Perú, donde el Pacífico besa la arena y las montañas guardan templos que desafían al tiempo.
Embárcate en un viaje inolvidable por la costa sur y las montañas del Perú, donde el Pacífico acaricia acantilados, el desierto se tiñe de aventura y los Andes guardan secretos ancestrales. Un recorrido de 7 días que entrelaza escenarios sobrecogedores, legado cultural y momentos diseñados para conectar con la esencia del país.
Puerta de entrada al pasado y al pacífico
Una bienvenida entre acantilados modernos y vestigios prehispánicos.
A tu llegada a Lima, te recibimos para comenzar a explorar sus contrastes más fascinantes. Recorremos el malecón de Miraflores, donde el océano se convierte en telón de fondo, y luego visitamos la Huaca Pucllana, testimonio silencioso de antiguas culturas. El centro histórico nos espera con su arquitectura virreinal, y cerramos el día en el Convento de San Francisco, sumergiéndonos en su historia subterránea y sus catacumbas barrocas.
Aventura entre olas y dunas doradas
De la fauna marina a la adrenalina del desierto, todo en una sola jornada.
Iniciamos la mañana en Paracas, donde navegamos entre formaciones rocosas hacia las Islas Ballestas, santuario de lobos marinos, pingüinos y aves guaneras. Continuamos hacia Ica para visitar una bodega artesanal donde el pisco y el vino revelan sus secretos. Finalizamos el día en el oasis de Huacachina, donde los buggies y el sandboarding nos regalan emoción sobre las dunas del atardecer.
La capital sagrada te da la bienvenida
Del nivel del mar al ombligo del mundo andino.
Volamos a Cusco para comenzar la etapa andina del viaje. Luego del traslado y descanso, iniciamos un recorrido que revela la historia viva de la ciudad: la imponente Catedral, el Coricancha como epicentro solar, y los sitios ceremoniales de Sacsayhuamán, Q’enqo y Tambomachay, donde la cosmovisión inca sigue latente en cada muro de piedra perfectamente encajado.
Sabiduría ancestral en el Valle Sagrado
Un recorrido por el corazón agrícola, espiritual y artesanal del mundo inca.
Desde Chinchero, donde los telares aún cantan historias, seguimos hacia Moray, las terrazas circulares que desafiaron la altitud con ciencia. Luego las Salineras de Maras, un espejo blanco que brilla en la montaña. Almorzamos junto al río Urubamba y por la tarde exploramos Ollantaytambo, con su imponente fortaleza. Cerramos el día en el mercado tradicional de Pisac, entre aromas andinos y colores vivos.
Encuentro con la ciudad sagrada
Una jornada suspendida entre montañas, historia y misterio.
Desde Cusco partimos temprano hacia Ollantaytambo, donde abordamos el tren panorámico rumbo a Aguas Calientes. Luego de ascender en bus, ingresamos a Machupicchu, la joya del mundo andino. Caminamos por sus terrazas, templos y pasajes en compañía de un guía especializado que nos revela los secretos del Templo del Sol, el Intihuatana y la Roca Sagrada. Por la tarde, regresamos a Cusco con la emoción aún vibrando.
El arcoíris escondido en los Andes
Una caminata exigente hacia uno de los paisajes más sorprendentes del planeta.
Salimos antes del amanecer hacia las faldas de la montaña Vinicunca. La ruta nos lleva por paisajes de altura, rebaños de llamas y cumbres nevadas. Tras una caminata de esfuerzo moderado, alcanzamos la cima donde la Montaña de Colores se despliega en franjas de rojo, dorado, verde y azul. Un espectáculo geológico que deja sin aliento por su belleza y altitud.
Aguas turquesas al pie del nevado
Una despedida entre montañas sagradas y lagunas que reflejan el alma.
Viajamos rumbo a Soraypampa para comenzar la caminata hacia la Laguna Humantay. El sendero asciende entre paisajes de altura hasta llegar a este espejo de agua glacial, rodeado de cumbres imponentes como el nevado Salkantay. Luego del descenso y una pausa para almorzar, emprendemos el regreso a Cusco. Según el horario del vuelo, coordinamos el traslado al aeropuerto. El viaje termina, pero la conexión con los Andes permanece.
Bienvenida a la ciudad de los reyes
Desde tu llegada, Lima se abre como una ciudad de contrastes. Nuestro equipo te recibe en el aeropuerto y te acompaña hasta el hotel para que tomes un breve descanso antes de comenzar la exploración urbana.
Miraflores y su horizonte azul
Iniciamos el recorrido en el malecón de Miraflores, un balcón natural sobre el Pacífico. Caminamos entre esculturas, mosaicos y jardines con vista al océano, mientras la brisa costera anuncia el inicio del viaje.
La Huaca entre la ciudad
Nos desplazamos a la Huaca Pucllana, un sitio preincaico que se alza sorprendente entre calles modernas. Sus plataformas de adobe y su historia milenaria nos recuerdan que Lima ya era importante mucho antes del Virreinato.
Centro histórico: piedra, cúpulas y siglos
Nos adentramos en el corazón colonial de Lima. Caminamos por el Jirón de la Unión, visitamos la Plaza Mayor y observamos la imponencia de la Catedral, el Palacio de Gobierno y otros edificios que marcaron el pasado virreinal.
Entre túneles y manuscritos
Cerramos la tarde en el Convento de San Francisco. Su arquitectura barroca, su iglesia decorada con tallas en madera y su célebre red de catacumbas nos sumergen en un universo de misterio y devoción. Las galerías subterráneas revelan una Lima menos visible, pero profundamente simbólica.
Una primera mirada intensa al alma limeña
Después del recorrido, regresamos al hotel. El día deja una mezcla de historia, arte y paisajes urbanos que marcan el inicio de esta travesía por el Perú.
Ruta hacia el sur con sabor local
Salimos temprano de Lima en dirección al desierto costero. Una parada matutina en una panadería tradicional nos introduce al ritmo del interior: panes recién horneados, infusiones aromáticas y ese ambiente cálido de los pueblos del sur.
Encuentro con el Pacífico en Paracas
En el puerto de Paracas abordamos lanchas rápidas para navegar hacia las Islas Ballestas, un espectáculo natural tallado por el mar. A lo largo del trayecto aparecen lobos marinos tomando el sol, pingüinos de Humboldt escondidos entre rocas y bandadas de aves que sobrevuelan formaciones impresionantes. Desde el agua, se revela también el Candelabro de Paracas, un antiguo geoglifo esculpido en la arena cuya historia aún despierta teorías y asombro.
Sabores del desierto y legado enológico
La ruta continúa hasta una bodega artesanal en Ica. Aquí, los muros cuentan la historia de generaciones dedicadas al vino y al pisco. Degustamos etiquetas locales, desde piscos suaves hasta vinos dulces y cremosos, mientras los productores comparten su saber con orgullo y hospitalidad.
La Huacachina, una joya entre dunas
La jornada culmina en el oasis de Huacachina, un paisaje casi irreal rodeado de arena dorada y palmeras. Nos subimos a los buggies para una experiencia cargada de velocidad y emoción, ascendiendo y descendiendo por colinas móviles de arena. Luego, el sandboarding desafía nuestro equilibrio, mientras el atardecer tiñe todo de dorado y calma el desierto con su luz suave.
Fin del día entre arenas y silencio
Con la adrenalina aún en el cuerpo y las imágenes grabadas en la retina, regresamos al alojamiento. Es momento de descansar, dejar que el cuerpo se relaje y prepararse para la siguiente etapa del viaje hacia los Andes.
Salto del mar a la sierra
Muy temprano nos dirigimos al Aeropuerto Jorge Chávez para tomar el vuelo Lima-Cusco. Si aún no tienes tu pasaje, nuestro equipo puede sugerirte las mejores combinaciones según horario y presupuesto. El despegue deja atrás la franja turquesa del Pacífico y, en poco más de una hora, las nubes se abren sobre los Andes.
Primer respiro en la altura
El aterrizaje en el Aeropuerto Alejandro Velasco Astete marca el ingreso a los 3 400 m s. n. m. Nuestro personal te traslada al hotel y te recomienda reposo ligero, mate de coca y mucha hidratación para adaptarte al nuevo pulso del aire.
La Catedral: arte mestizo bajo bóvedas doradas
Por la tarde comienza el city tour. En la Plaza de Armas se alza la Catedral, construida sobre el antiguo palacio de Viracocha. Entre altares bañados en plata destaca el célebre lienzo de la Última Cena con cuy andino, símbolo del mestizaje que definió el arte colonial cusqueño.
Coricancha: el templo donde todavía brilla el sol
A unos pasos, el Coricancha revela muros incas de precisión milimétrica cubiertos por un convento dominico. Aquí descubrimos cómo los sacerdotes solares observaban constelaciones y celebraban el ciclo agrícola que regía el imperio.
Sacsayhuamán: ingeniería para los dioses del rayo
Subimos la colina hasta Sacsayhuamán, fortaleza ceremonial formada por bloques gigantes perfectamente ensamblados en zigzag. Desde sus miradores entendemos por qué los incas veían en la ciudad la figura de un puma, con este recinto como la cabeza vigilante.
Q’enqo, Puca Pucara y Tambomachay: ritos, defensa y agua que canta
El recorrido continúa entre pasadizos pétreos en Q’enqo, donde aún se percibe la energía de antiguos sacrificios lunares. Más adelante se alza Puca Pucara, torreón rojizo que protegía rutas estratégicas, y Tambomachay, manantial ritual cuya hidráulica impecable sigue corriendo desde hace siglos.
Tarde que se funde en luces coloniales
Al caer el sol regresamos al centro histórico. Las tejas se encienden con luces cálidas y las callejuelas empedradas invitan a perderse con calma. Tendrás tiempo libre para probar un chocolate cusqueño o simplemente dejar que la atmósfera andina impregne tus sentidos antes de descansar.
Rumores del alba sobre tejados coloniales
La jornada comienza con la salida desde Cusco. El sol asciende entre montañas y tejados de teja roja mientras nos alejamos del bullicio urbano. La ruta hacia el Valle Sagrado se abre entre cumbres silenciosas, campos de cultivo y pueblos que aún guardan el pulso de otros tiempos.
Chinchero, arte textil que respira tradición
Nuestra primera parada es Chinchero, donde el tiempo se detiene entre telares y tintes naturales. Mujeres quechuas demuestran su arte al hilar, teñir y tejer la lana con saberes heredados. Entre hilos y narraciones, se revela la cosmovisión andina. A unos pasos, la iglesia colonial construida sobre un templo inca parece custodiar siglos de resistencia cultural.
Moray, el laboratorio circular de los Andes
En medio de un paisaje agreste se abre Moray: un sistema de terrazas concéntricas que descienden en espiral hacia el fondo de una depresión natural. No fue un templo ni un almacén, sino un experimento agrícola sin precedentes, donde los incas lograron simular distintos microclimas. Caminar aquí es internarse en la inteligencia silenciosa de una civilización que estudió la tierra con devoción.
Maras, el lugar donde la sal cuenta su historia
Poco después, llegamos a las Salineras de Maras. Miles de pozas blancas se escalonan en la ladera, alimentadas por una vertiente salada que fluye desde tiempos preincaicos. Bajo el sol, los cristales brillan como espejos. La sal extraída aquí sigue el método ancestral, y cada grano encierra siglos de trabajo comunal y respeto por la naturaleza.
Urubamba, sabores que celebran la tierra
Al mediodía, el almuerzo nos encuentra en Urubamba. Un restaurante panorámico ofrece un buffet andino donde los ingredientes nativos se transforman en platos coloridos y reconfortantes. Quinua, maíz, papas nativas, carnes al horno y postres con frutas de altura componen el festín. Una infusión caliente cierra este momento como gesto de gratitud a la tierra.
Ollantaytambo, fortaleza y ciudad viva
La ruta nos lleva luego a Ollantaytambo, uno de los últimos pueblos vivos con traza inca intacta. Sus calles de piedra, canales y viviendas sobre cimientos milenarios nos conducen a la fortaleza ceremonial. Escalamos sus terrazas para contemplar el valle desde lo alto. Cada piedra parece dispuesta con un propósito: resistir, venerar, comunicar. Aquí tuvo lugar una de las batallas más significativas contra los conquistadores.
Pisac, ruinas colgadas del abismo y mercado multicolor
Cerramos el circuito en Pisac, donde las ruinas arqueológicas se aferran a la montaña. Caminamos por antiguos recintos ceremoniales y terrazas agrícolas, mientras el viento carga historias de cosechas y rituales. En el pueblo, el mercado artesanal ofrece tejidos, cerámicas y joyas, en un ambiente donde el trueque y la hospitalidad aún persisten.
Mirador del Valle, un respiro para el alma
Antes de regresar, nos detenemos en un mirador que abarca todo el Valle Sagrado. El Urubamba serpentea entre chacras verdes, y las montañas se cubren de tonos dorados y violeta. Es el momento perfecto para absorber la inmensidad, dejar que el silencio hable y llevarse una última imagen del día grabada en el corazón.
Camino al santuario entre trenes, ríos y montañas
La jornada comienza con el traslado desde Cusco hacia la estación de tren de Ollantaytambo. Allí abordamos el Vistadome Observatory, un tren panorámico diseñado para que el paisaje no solo se vea, sino que se sienta. Las ventanas de techo a piso y el vagón con balcón abierto permiten contemplar el río Urubamba fluyendo entre valles profundos, terrazas agrícolas, cascadas ocultas y montañas que parecen guardianes de la historia. A bordo, la música andina y breves presentaciones culturales amenizan el trayecto y preparan los sentidos para lo que está por venir.
Aguas Calientes: puerta de entrada a lo sagrado
Al llegar al pueblo de Aguas Calientes, el aire se vuelve más cálido y húmedo, cubierto por el verde intenso de la selva alta. Desde aquí, un bus serpentea la ladera de la montaña hasta alcanzar la entrada del santuario de Machupicchu. Las curvas del camino despiertan la emoción: cada giro nos acerca al corazón de la maravilla.
Machu Picchu: historia viva entre la niebla
En lo alto, finalmente se revela la ciudadela, suspendida entre nubes y picos escarpados. Un guía local nos acompaña por los caminos sagrados de piedra, relatando cómo los incas diseñaron este complejo con precisión astronómica, respeto por la naturaleza y visión espiritual. Descubrimos los templos del Sol y del Cóndor, las terrazas agrícolas que trepan la montaña, el Intihuatana que marcaba los solsticios y los sectores urbanos donde aún parece habitar el silencio ceremonial. Cada rincón está impregnado de simbolismo, y cada vista devuelve una sensación de asombro profundo.
Tiempo libre para explorar o contemplar
Tras el recorrido guiado, dispondrás de tiempo libre para seguir explorando a tu ritmo, tomar fotografías o simplemente sentarte en algún rincón y dejarte envolver por la energía del lugar. El eco de los pasos, el canto de los pájaros y la bruma que va y viene crean una atmósfera suspendida, como si el tiempo se hubiera detenido.
Descenso y descanso en Aguas Calientes
Al finalizar la visita, descendemos nuevamente a Aguas Calientes. La tarde queda libre para pasear por el pueblo, cenar en alguno de sus restaurantes, visitar el mercado de artesanías o disfrutar de un momento de relax en las termas naturales. La noche transcurre aquí, entre el murmullo del río y la expectativa de lo vivido.
Salida bajo las estrellas rumbo a los Andes profundos
Aún de noche abandonamos Cusco para internarnos en la cordillera. El amanecer nos sorprende en la ruta: campos escarchados, pastores abrigados con ponchos de colores y montañas que despiertan lentamente con destellos dorados.
Desayuno en Cusipata, fuerza para la altura
Dos horas después hacemos una pausa en Cusipata. Infusiones de coca, pan recién horneado y un plato caliente reponen energías mientras el guía explica cómo afrontar la caminata: ritmo constante, mucha hidratación y respiraciones profundas.
Comienza el ascenso desde Phulawasipata
El trekking arranca entre colinas ocres y extensos pajonales salpicados de llamas. El nevado Ausangate vigila a lo lejos. Conforme ganamos altura, la vegetación retrocede y la tierra muta a tonos rojizos, dorados y grises. El único sonido es el viento que corre libre por la puna.
Vinicunca, un lienzo natural pintado por minerales
En la última pendiente, el horizonte se abre y aparece Vinicunca: franjas de rojo, verde, turquesa y amarillo resbalan por la ladera como si la montaña hubiese absorbido el arcoíris. A más de cinco mil metros la vista corta el aliento y la conexión con los Apus —las montañas sagradas— es casi tangible.
Descenso tranquilo y almuerzo de sabores andinos
Con el espíritu colmado, emprendemos la bajada hasta Phulawasipata y luego a Cusipata. Allí nos espera un almuerzo buffet con quinua, papas nativas y carnes al horno, un homenaje culinario a la tierra que acabamos de contemplar desde las alturas.
Regreso a Cusco con la memoria coloreada
Por la tarde volvemos a Cusco. El crepúsculo tiñe los picos de violeta y oro mientras comprendemos que hemos sido testigos de una de las maravillas geológicas más extraordinarias del planeta, una experiencia que quedará grabada para siempre en el corazón.
Salida temprana hacia Soraypampa
El último día nos despierta antes del alba. Salimos de Cusco rumbo a Soraypampa, base de la caminata a Humantay. El camino en vehículo nos regala paisajes rurales, quebradas escarchadas y una calma que anticipa lo sagrado del destino.
Desayuno en Mollepata: energía para el ascenso
Antes de llegar a la base, nos detenemos en Mollepata para un desayuno caliente. Pan serrano, huevos, café recién hecho e infusiones de muña o coca nos preparan para el esfuerzo físico que se avecina.
Trekking hacia la laguna Humantay
Desde Soraypampa iniciamos la caminata. El sendero asciende lentamente entre laderas cubiertas de ichu, rodeados por el susurro del viento andino. A medida que ganamos altura, el aire se hace más fino, pero cada paso nos acerca a uno de los escenarios más conmovedores del Perú.
La laguna sagrada bajo el Salkantay
Tras una hora y media de caminata, la recompensa se revela: la Laguna Humantay. Un espejo turquesa encajado entre montañas nevadas, donde las aguas reflejan el cielo y los glaciares como en un sueño. Aquí, el silencio se convierte en oración. Muchos visitantes dejan ofrendas simbólicas o simplemente se sientan a contemplar el paisaje, permitiendo que la montaña hable.
Descenso tranquilo y almuerzo en la quebrada
La bajada es serena y contemplativa. Regresamos a Mollepata, donde un almuerzo reconfortante nos espera en medio del campo: guisos tradicionales, papas nativas, cereales andinos y dulces caseros, compartidos bajo un cielo limpio y sereno.
Regreso a Cusco y despedida del viaje
Por la tarde, retornamos a Cusco. Las emociones vividas comienzan a asentarse mientras cruzamos valles y montañas por última vez. Llegamos a la ciudad con el cuerpo cansado pero el alma expandida. Dependiendo del horario de tu vuelo, se coordina el traslado al aeropuerto o la última noche en la ciudad imperial. Un cierre perfecto para una travesía que unió el océano, el desierto y la cordillera en un mismo latido.
Una despedida pausada, con el corazón lleno de historia y los sentidos aún en los Andes
Últimas miradas a Cusco y despedida de Los Andes
El último día en Cusco amanece tranquilo. Dependiendo de tu hora de vuelo, puedes disfrutar de un desayuno relajado, dar un paseo por el centro histórico o simplemente contemplar por última vez los tejados rojizos que adornan esta ciudad andina.
Traslado al aeropuerto
Nuestro equipo coordinará tu traslado hacia el Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete, asegurándose de que llegues con suficiente anticipación para tu vuelo. Así concluye este viaje de diez días por lo mejor del Perú, con experiencias, paisajes y memorias que permanecerán contigo mucho después del regreso.
Todo lo que necesitas para vivir lo mejor del Perú en 10 días
Este recorrido ha sido diseñado para que cada día sea una experiencia sin complicaciones. Transporte, ingresos, guías y alojamiento —todo está pensado para que te sumerjas en la cultura, los paisajes y el legado de este país andino sin preocuparte por los detalles logísticos.
Un viaje visual por el Valle Sagrado con ventanas panorámicas, balcón observatorio y espectáculo cultural a bordo. El camino a Machupicchu comienza mucho antes de llegar.
Desde que reservas hasta tu vuelo de regreso, nuestro equipo está contigo. Organizamos, confirmamos, asistimos y resolvemos. Porque sabemos que los mejores viajes son los que se viven sin preocupaciones.
Sabemos que no se trata solo de viajar, sino de vivir experiencias que quedan grabadas para siempre. Por eso, este itinerario de 7 días ha sido cuidadosamente diseñado para mostrarte lo mejor del Perú, desde sus costas y desiertos hasta sus montañas sagradas, con todo organizado para que tú solo te concentres en disfrutar.
Este tour es ideal si:
Este tour quizás no sea para ti si:
Solo para la parte andina del viaje (Cusco y alrededores). Los primeros días transcurren en la costa (nivel del mar), pero al llegar a Cusco, es normal sentir el cambio de altitud. Por eso:
Para la costa y desierto (Lima, Paracas, Ica, Nazca):
Para la sierra (Cusco, Machupicchu, montaña de colores):
Este tour es de dificultad moderada, apto para viajeros con movilidad básica:
Al final de un día lleno de emociones —navegando entre lobos marinos, recorriendo las dunas de Huacachina y degustando los secretos del pisco—, llega el momento de descansar. Y no es cualquier descanso. Es una pausa en el corazón del desierto, bajo un cielo despejado y estrellado, con el eco del viento entre las dunas como única compañía.
Este tour incluye una noche de alojamiento en la ciudad de Nazca, en un hospedaje cuidadosamente seleccionado para ofrecerte comodidad, seguridad y tranquilidad.
El Hotel Casa Hacienda Nasca Oasis ofrece una experiencia única en medio del desierto, combinando historia, naturaleza y confort. Su arquitectura colonial, rodeada de huertos y jardines, crea un ambiente cálido y acogedor. Sus 35 habitaciones están decoradas con arte barroco y mobiliario rústico, brindando una estadía cómoda y auténtica. Cuenta con piscina al aire libre, restaurante de cocina peruana, bar, y amplias áreas verdes ideales para relajarse.
Ubicado a pocos minutos del centro de Nasca, es el punto de partida perfecto para explorar las famosas Líneas de Nasca, los acueductos de Cantalloc y las dunas de Cerro Blanco. Además, ofrece Wi-Fi, estacionamiento gratuito y organización de tours personalizados. Perfecto para quienes buscan descanso, cultura y aventura en un solo lugar.
Este paquete de 10 días y 9 noches ha sido diseñado para brindarte una experiencia completa, con actividades icónicas como el sobrevuelo a las Líneas de Nasca, el paseo por las Islas Ballestas y la aventura en el oasis de Huacachina. Todo esto, organizado con cuidado, seguridad y atención al detalle.
Opción 1, Sin Hotel (Consulte con su asesor para ver otras opciones como Airbnb o departamentos familiares).
Precio Regular: USD 920.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 735.00 por persona.
Opción 2, en Hotel 3 Estrellas
Precio Regular: USD 1,250.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 999.00 por persona.
Opción 3, en Hotel 3 Estrellas Superior
Precio Regular: USD 1,375.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 1,099.00 por persona.
Opción 4, en Hotel 4 Estrellas
Precio Regular: USD 1,430.00 por persona.
Precio por Hot Sale USD 1,145.00 por persona.
Este tour tiene alta demanda, especialmente en fines de semana largos y temporadas festivas. Te recomendamos reservar con anticipación para asegurar tu cupo y el tipo de alojamiento que prefieras.
¿Quieres más detalles? Contáctanos y te ayudamos a personalizar tu viaje.
Embárcate en un viaje inolvidable por la costa sur y las montañas del Perú, donde el Pacífico acaricia acantilados, el desierto se tiñe de aventura y los Andes guardan secretos ancestrales. Un recorrido de 7 días que entrelaza escenarios sobrecogedores, legado cultural y momentos diseñados para conectar con la esencia del país.
Puerta de entrada al pasado y al pacífico
Una bienvenida entre acantilados modernos y vestigios prehispánicos.
A tu llegada a Lima, te recibimos para comenzar a explorar sus contrastes más fascinantes. Recorremos el malecón de Miraflores, donde el océano se convierte en telón de fondo, y luego visitamos la Huaca Pucllana, testimonio silencioso de antiguas culturas. El centro histórico nos espera con su arquitectura virreinal, y cerramos el día en el Convento de San Francisco, sumergiéndonos en su historia subterránea y sus catacumbas barrocas.
Aventura entre olas y dunas doradas
De la fauna marina a la adrenalina del desierto, todo en una sola jornada.
Iniciamos la mañana en Paracas, donde navegamos entre formaciones rocosas hacia las Islas Ballestas, santuario de lobos marinos, pingüinos y aves guaneras. Continuamos hacia Ica para visitar una bodega artesanal donde el pisco y el vino revelan sus secretos. Finalizamos el día en el oasis de Huacachina, donde los buggies y el sandboarding nos regalan emoción sobre las dunas del atardecer.
La capital sagrada te da la bienvenida
Del nivel del mar al ombligo del mundo andino.
Volamos a Cusco para comenzar la etapa andina del viaje. Luego del traslado y descanso, iniciamos un recorrido que revela la historia viva de la ciudad: la imponente Catedral, el Coricancha como epicentro solar, y los sitios ceremoniales de Sacsayhuamán, Q’enqo y Tambomachay, donde la cosmovisión inca sigue latente en cada muro de piedra perfectamente encajado.
Sabiduría ancestral en el Valle Sagrado
Un recorrido por el corazón agrícola, espiritual y artesanal del mundo inca.
Desde Chinchero, donde los telares aún cantan historias, seguimos hacia Moray, las terrazas circulares que desafiaron la altitud con ciencia. Luego las Salineras de Maras, un espejo blanco que brilla en la montaña. Almorzamos junto al río Urubamba y por la tarde exploramos Ollantaytambo, con su imponente fortaleza. Cerramos el día en el mercado tradicional de Pisac, entre aromas andinos y colores vivos.
Encuentro con la ciudad sagrada
Una jornada suspendida entre montañas, historia y misterio.
Desde Cusco partimos temprano hacia Ollantaytambo, donde abordamos el tren panorámico rumbo a Aguas Calientes. Luego de ascender en bus, ingresamos a Machupicchu, la joya del mundo andino. Caminamos por sus terrazas, templos y pasajes en compañía de un guía especializado que nos revela los secretos del Templo del Sol, el Intihuatana y la Roca Sagrada. Por la tarde, regresamos a Cusco con la emoción aún vibrando.
El arcoíris escondido en los Andes
Una caminata exigente hacia uno de los paisajes más sorprendentes del planeta.
Salimos antes del amanecer hacia las faldas de la montaña Vinicunca. La ruta nos lleva por paisajes de altura, rebaños de llamas y cumbres nevadas. Tras una caminata de esfuerzo moderado, alcanzamos la cima donde la Montaña de Colores se despliega en franjas de rojo, dorado, verde y azul. Un espectáculo geológico que deja sin aliento por su belleza y altitud.
Aguas turquesas al pie del nevado
Una despedida entre montañas sagradas y lagunas que reflejan el alma.
Viajamos rumbo a Soraypampa para comenzar la caminata hacia la Laguna Humantay. El sendero asciende entre paisajes de altura hasta llegar a este espejo de agua glacial, rodeado de cumbres imponentes como el nevado Salkantay. Luego del descenso y una pausa para almorzar, emprendemos el regreso a Cusco. Según el horario del vuelo, coordinamos el traslado al aeropuerto. El viaje termina, pero la conexión con los Andes permanece.
Bienvenida a la ciudad de los reyes
Desde tu llegada, Lima se abre como una ciudad de contrastes. Nuestro equipo te recibe en el aeropuerto y te acompaña hasta el hotel para que tomes un breve descanso antes de comenzar la exploración urbana.
Miraflores y su horizonte azul
Iniciamos el recorrido en el malecón de Miraflores, un balcón natural sobre el Pacífico. Caminamos entre esculturas, mosaicos y jardines con vista al océano, mientras la brisa costera anuncia el inicio del viaje.
La Huaca entre la ciudad
Nos desplazamos a la Huaca Pucllana, un sitio preincaico que se alza sorprendente entre calles modernas. Sus plataformas de adobe y su historia milenaria nos recuerdan que Lima ya era importante mucho antes del Virreinato.
Centro histórico: piedra, cúpulas y siglos
Nos adentramos en el corazón colonial de Lima. Caminamos por el Jirón de la Unión, visitamos la Plaza Mayor y observamos la imponencia de la Catedral, el Palacio de Gobierno y otros edificios que marcaron el pasado virreinal.
Entre túneles y manuscritos
Cerramos la tarde en el Convento de San Francisco. Su arquitectura barroca, su iglesia decorada con tallas en madera y su célebre red de catacumbas nos sumergen en un universo de misterio y devoción. Las galerías subterráneas revelan una Lima menos visible, pero profundamente simbólica.
Una primera mirada intensa al alma limeña
Después del recorrido, regresamos al hotel. El día deja una mezcla de historia, arte y paisajes urbanos que marcan el inicio de esta travesía por el Perú.
Ruta hacia el sur con sabor local
Salimos temprano de Lima en dirección al desierto costero. Una parada matutina en una panadería tradicional nos introduce al ritmo del interior: panes recién horneados, infusiones aromáticas y ese ambiente cálido de los pueblos del sur.
Encuentro con el Pacífico en Paracas
En el puerto de Paracas abordamos lanchas rápidas para navegar hacia las Islas Ballestas, un espectáculo natural tallado por el mar. A lo largo del trayecto aparecen lobos marinos tomando el sol, pingüinos de Humboldt escondidos entre rocas y bandadas de aves que sobrevuelan formaciones impresionantes. Desde el agua, se revela también el Candelabro de Paracas, un antiguo geoglifo esculpido en la arena cuya historia aún despierta teorías y asombro.
Sabores del desierto y legado enológico
La ruta continúa hasta una bodega artesanal en Ica. Aquí, los muros cuentan la historia de generaciones dedicadas al vino y al pisco. Degustamos etiquetas locales, desde piscos suaves hasta vinos dulces y cremosos, mientras los productores comparten su saber con orgullo y hospitalidad.
La Huacachina, una joya entre dunas
La jornada culmina en el oasis de Huacachina, un paisaje casi irreal rodeado de arena dorada y palmeras. Nos subimos a los buggies para una experiencia cargada de velocidad y emoción, ascendiendo y descendiendo por colinas móviles de arena. Luego, el sandboarding desafía nuestro equilibrio, mientras el atardecer tiñe todo de dorado y calma el desierto con su luz suave.
Fin del día entre arenas y silencio
Con la adrenalina aún en el cuerpo y las imágenes grabadas en la retina, regresamos al alojamiento. Es momento de descansar, dejar que el cuerpo se relaje y prepararse para la siguiente etapa del viaje hacia los Andes.
Salto del mar a la sierra
Muy temprano nos dirigimos al Aeropuerto Jorge Chávez para tomar el vuelo Lima-Cusco. Si aún no tienes tu pasaje, nuestro equipo puede sugerirte las mejores combinaciones según horario y presupuesto. El despegue deja atrás la franja turquesa del Pacífico y, en poco más de una hora, las nubes se abren sobre los Andes.
Primer respiro en la altura
El aterrizaje en el Aeropuerto Alejandro Velasco Astete marca el ingreso a los 3 400 m s. n. m. Nuestro personal te traslada al hotel y te recomienda reposo ligero, mate de coca y mucha hidratación para adaptarte al nuevo pulso del aire.
La Catedral: arte mestizo bajo bóvedas doradas
Por la tarde comienza el city tour. En la Plaza de Armas se alza la Catedral, construida sobre el antiguo palacio de Viracocha. Entre altares bañados en plata destaca el célebre lienzo de la Última Cena con cuy andino, símbolo del mestizaje que definió el arte colonial cusqueño.
Coricancha: el templo donde todavía brilla el sol
A unos pasos, el Coricancha revela muros incas de precisión milimétrica cubiertos por un convento dominico. Aquí descubrimos cómo los sacerdotes solares observaban constelaciones y celebraban el ciclo agrícola que regía el imperio.
Sacsayhuamán: ingeniería para los dioses del rayo
Subimos la colina hasta Sacsayhuamán, fortaleza ceremonial formada por bloques gigantes perfectamente ensamblados en zigzag. Desde sus miradores entendemos por qué los incas veían en la ciudad la figura de un puma, con este recinto como la cabeza vigilante.
Q’enqo, Puca Pucara y Tambomachay: ritos, defensa y agua que canta
El recorrido continúa entre pasadizos pétreos en Q’enqo, donde aún se percibe la energía de antiguos sacrificios lunares. Más adelante se alza Puca Pucara, torreón rojizo que protegía rutas estratégicas, y Tambomachay, manantial ritual cuya hidráulica impecable sigue corriendo desde hace siglos.
Tarde que se funde en luces coloniales
Al caer el sol regresamos al centro histórico. Las tejas se encienden con luces cálidas y las callejuelas empedradas invitan a perderse con calma. Tendrás tiempo libre para probar un chocolate cusqueño o simplemente dejar que la atmósfera andina impregne tus sentidos antes de descansar.
Rumores del alba sobre tejados coloniales
La jornada comienza con la salida desde Cusco. El sol asciende entre montañas y tejados de teja roja mientras nos alejamos del bullicio urbano. La ruta hacia el Valle Sagrado se abre entre cumbres silenciosas, campos de cultivo y pueblos que aún guardan el pulso de otros tiempos.
Chinchero, arte textil que respira tradición
Nuestra primera parada es Chinchero, donde el tiempo se detiene entre telares y tintes naturales. Mujeres quechuas demuestran su arte al hilar, teñir y tejer la lana con saberes heredados. Entre hilos y narraciones, se revela la cosmovisión andina. A unos pasos, la iglesia colonial construida sobre un templo inca parece custodiar siglos de resistencia cultural.
Moray, el laboratorio circular de los Andes
En medio de un paisaje agreste se abre Moray: un sistema de terrazas concéntricas que descienden en espiral hacia el fondo de una depresión natural. No fue un templo ni un almacén, sino un experimento agrícola sin precedentes, donde los incas lograron simular distintos microclimas. Caminar aquí es internarse en la inteligencia silenciosa de una civilización que estudió la tierra con devoción.
Maras, el lugar donde la sal cuenta su historia
Poco después, llegamos a las Salineras de Maras. Miles de pozas blancas se escalonan en la ladera, alimentadas por una vertiente salada que fluye desde tiempos preincaicos. Bajo el sol, los cristales brillan como espejos. La sal extraída aquí sigue el método ancestral, y cada grano encierra siglos de trabajo comunal y respeto por la naturaleza.
Urubamba, sabores que celebran la tierra
Al mediodía, el almuerzo nos encuentra en Urubamba. Un restaurante panorámico ofrece un buffet andino donde los ingredientes nativos se transforman en platos coloridos y reconfortantes. Quinua, maíz, papas nativas, carnes al horno y postres con frutas de altura componen el festín. Una infusión caliente cierra este momento como gesto de gratitud a la tierra.
Ollantaytambo, fortaleza y ciudad viva
La ruta nos lleva luego a Ollantaytambo, uno de los últimos pueblos vivos con traza inca intacta. Sus calles de piedra, canales y viviendas sobre cimientos milenarios nos conducen a la fortaleza ceremonial. Escalamos sus terrazas para contemplar el valle desde lo alto. Cada piedra parece dispuesta con un propósito: resistir, venerar, comunicar. Aquí tuvo lugar una de las batallas más significativas contra los conquistadores.
Pisac, ruinas colgadas del abismo y mercado multicolor
Cerramos el circuito en Pisac, donde las ruinas arqueológicas se aferran a la montaña. Caminamos por antiguos recintos ceremoniales y terrazas agrícolas, mientras el viento carga historias de cosechas y rituales. En el pueblo, el mercado artesanal ofrece tejidos, cerámicas y joyas, en un ambiente donde el trueque y la hospitalidad aún persisten.
Mirador del Valle, un respiro para el alma
Antes de regresar, nos detenemos en un mirador que abarca todo el Valle Sagrado. El Urubamba serpentea entre chacras verdes, y las montañas se cubren de tonos dorados y violeta. Es el momento perfecto para absorber la inmensidad, dejar que el silencio hable y llevarse una última imagen del día grabada en el corazón.
Camino al santuario entre trenes, ríos y montañas
La jornada comienza con el traslado desde Cusco hacia la estación de tren de Ollantaytambo. Allí abordamos el Vistadome Observatory, un tren panorámico diseñado para que el paisaje no solo se vea, sino que se sienta. Las ventanas de techo a piso y el vagón con balcón abierto permiten contemplar el río Urubamba fluyendo entre valles profundos, terrazas agrícolas, cascadas ocultas y montañas que parecen guardianes de la historia. A bordo, la música andina y breves presentaciones culturales amenizan el trayecto y preparan los sentidos para lo que está por venir.
Aguas Calientes: puerta de entrada a lo sagrado
Al llegar al pueblo de Aguas Calientes, el aire se vuelve más cálido y húmedo, cubierto por el verde intenso de la selva alta. Desde aquí, un bus serpentea la ladera de la montaña hasta alcanzar la entrada del santuario de Machupicchu. Las curvas del camino despiertan la emoción: cada giro nos acerca al corazón de la maravilla.
Machu Picchu: historia viva entre la niebla
En lo alto, finalmente se revela la ciudadela, suspendida entre nubes y picos escarpados. Un guía local nos acompaña por los caminos sagrados de piedra, relatando cómo los incas diseñaron este complejo con precisión astronómica, respeto por la naturaleza y visión espiritual. Descubrimos los templos del Sol y del Cóndor, las terrazas agrícolas que trepan la montaña, el Intihuatana que marcaba los solsticios y los sectores urbanos donde aún parece habitar el silencio ceremonial. Cada rincón está impregnado de simbolismo, y cada vista devuelve una sensación de asombro profundo.
Tiempo libre para explorar o contemplar
Tras el recorrido guiado, dispondrás de tiempo libre para seguir explorando a tu ritmo, tomar fotografías o simplemente sentarte en algún rincón y dejarte envolver por la energía del lugar. El eco de los pasos, el canto de los pájaros y la bruma que va y viene crean una atmósfera suspendida, como si el tiempo se hubiera detenido.
Descenso y descanso en Aguas Calientes
Al finalizar la visita, descendemos nuevamente a Aguas Calientes. La tarde queda libre para pasear por el pueblo, cenar en alguno de sus restaurantes, visitar el mercado de artesanías o disfrutar de un momento de relax en las termas naturales. La noche transcurre aquí, entre el murmullo del río y la expectativa de lo vivido.
Salida bajo las estrellas rumbo a los Andes profundos
Aún de noche abandonamos Cusco para internarnos en la cordillera. El amanecer nos sorprende en la ruta: campos escarchados, pastores abrigados con ponchos de colores y montañas que despiertan lentamente con destellos dorados.
Desayuno en Cusipata, fuerza para la altura
Dos horas después hacemos una pausa en Cusipata. Infusiones de coca, pan recién horneado y un plato caliente reponen energías mientras el guía explica cómo afrontar la caminata: ritmo constante, mucha hidratación y respiraciones profundas.
Comienza el ascenso desde Phulawasipata
El trekking arranca entre colinas ocres y extensos pajonales salpicados de llamas. El nevado Ausangate vigila a lo lejos. Conforme ganamos altura, la vegetación retrocede y la tierra muta a tonos rojizos, dorados y grises. El único sonido es el viento que corre libre por la puna.
Vinicunca, un lienzo natural pintado por minerales
En la última pendiente, el horizonte se abre y aparece Vinicunca: franjas de rojo, verde, turquesa y amarillo resbalan por la ladera como si la montaña hubiese absorbido el arcoíris. A más de cinco mil metros la vista corta el aliento y la conexión con los Apus —las montañas sagradas— es casi tangible.
Descenso tranquilo y almuerzo de sabores andinos
Con el espíritu colmado, emprendemos la bajada hasta Phulawasipata y luego a Cusipata. Allí nos espera un almuerzo buffet con quinua, papas nativas y carnes al horno, un homenaje culinario a la tierra que acabamos de contemplar desde las alturas.
Regreso a Cusco con la memoria coloreada
Por la tarde volvemos a Cusco. El crepúsculo tiñe los picos de violeta y oro mientras comprendemos que hemos sido testigos de una de las maravillas geológicas más extraordinarias del planeta, una experiencia que quedará grabada para siempre en el corazón.
Salida temprana hacia Soraypampa
El último día nos despierta antes del alba. Salimos de Cusco rumbo a Soraypampa, base de la caminata a Humantay. El camino en vehículo nos regala paisajes rurales, quebradas escarchadas y una calma que anticipa lo sagrado del destino.
Desayuno en Mollepata: energía para el ascenso
Antes de llegar a la base, nos detenemos en Mollepata para un desayuno caliente. Pan serrano, huevos, café recién hecho e infusiones de muña o coca nos preparan para el esfuerzo físico que se avecina.
Trekking hacia la laguna Humantay
Desde Soraypampa iniciamos la caminata. El sendero asciende lentamente entre laderas cubiertas de ichu, rodeados por el susurro del viento andino. A medida que ganamos altura, el aire se hace más fino, pero cada paso nos acerca a uno de los escenarios más conmovedores del Perú.
La laguna sagrada bajo el Salkantay
Tras una hora y media de caminata, la recompensa se revela: la Laguna Humantay. Un espejo turquesa encajado entre montañas nevadas, donde las aguas reflejan el cielo y los glaciares como en un sueño. Aquí, el silencio se convierte en oración. Muchos visitantes dejan ofrendas simbólicas o simplemente se sientan a contemplar el paisaje, permitiendo que la montaña hable.
Descenso tranquilo y almuerzo en la quebrada
La bajada es serena y contemplativa. Regresamos a Mollepata, donde un almuerzo reconfortante nos espera en medio del campo: guisos tradicionales, papas nativas, cereales andinos y dulces caseros, compartidos bajo un cielo limpio y sereno.
Regreso a Cusco y despedida del viaje
Por la tarde, retornamos a Cusco. Las emociones vividas comienzan a asentarse mientras cruzamos valles y montañas por última vez. Llegamos a la ciudad con el cuerpo cansado pero el alma expandida. Dependiendo del horario de tu vuelo, se coordina el traslado al aeropuerto o la última noche en la ciudad imperial. Un cierre perfecto para una travesía que unió el océano, el desierto y la cordillera en un mismo latido.
Una despedida pausada, con el corazón lleno de historia y los sentidos aún en los Andes
Últimas miradas a Cusco y despedida de Los Andes
El último día en Cusco amanece tranquilo. Dependiendo de tu hora de vuelo, puedes disfrutar de un desayuno relajado, dar un paseo por el centro histórico o simplemente contemplar por última vez los tejados rojizos que adornan esta ciudad andina.
Traslado al aeropuerto
Nuestro equipo coordinará tu traslado hacia el Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete, asegurándose de que llegues con suficiente anticipación para tu vuelo. Así concluye este viaje de diez días por lo mejor del Perú, con experiencias, paisajes y memorias que permanecerán contigo mucho después del regreso.
Todo lo que necesitas para vivir lo mejor del Perú en 10 días
Este recorrido ha sido diseñado para que cada día sea una experiencia sin complicaciones. Transporte, ingresos, guías y alojamiento —todo está pensado para que te sumerjas en la cultura, los paisajes y el legado de este país andino sin preocuparte por los detalles logísticos.
Un viaje visual por el Valle Sagrado con ventanas panorámicas, balcón observatorio y espectáculo cultural a bordo. El camino a Machupicchu comienza mucho antes de llegar.
Desde que reservas hasta tu vuelo de regreso, nuestro equipo está contigo. Organizamos, confirmamos, asistimos y resolvemos. Porque sabemos que los mejores viajes son los que se viven sin preocupaciones.
Sabemos que no se trata solo de viajar, sino de vivir experiencias que quedan grabadas para siempre. Por eso, este itinerario de 7 días ha sido cuidadosamente diseñado para mostrarte lo mejor del Perú, desde sus costas y desiertos hasta sus montañas sagradas, con todo organizado para que tú solo te concentres en disfrutar.
Este tour es ideal si:
Este tour quizás no sea para ti si:
Solo para la parte andina del viaje (Cusco y alrededores). Los primeros días transcurren en la costa (nivel del mar), pero al llegar a Cusco, es normal sentir el cambio de altitud. Por eso:
Para la costa y desierto (Lima, Paracas, Ica, Nazca):
Para la sierra (Cusco, Machupicchu, montaña de colores):
Este tour es de dificultad moderada, apto para viajeros con movilidad básica:
Al final de un día lleno de emociones —navegando entre lobos marinos, recorriendo las dunas de Huacachina y degustando los secretos del pisco—, llega el momento de descansar. Y no es cualquier descanso. Es una pausa en el corazón del desierto, bajo un cielo despejado y estrellado, con el eco del viento entre las dunas como única compañía.
Este tour incluye una noche de alojamiento en la ciudad de Nazca, en un hospedaje cuidadosamente seleccionado para ofrecerte comodidad, seguridad y tranquilidad.
El Hotel Casa Hacienda Nasca Oasis ofrece una experiencia única en medio del desierto, combinando historia, naturaleza y confort. Su arquitectura colonial, rodeada de huertos y jardines, crea un ambiente cálido y acogedor. Sus 35 habitaciones están decoradas con arte barroco y mobiliario rústico, brindando una estadía cómoda y auténtica. Cuenta con piscina al aire libre, restaurante de cocina peruana, bar, y amplias áreas verdes ideales para relajarse.
Ubicado a pocos minutos del centro de Nasca, es el punto de partida perfecto para explorar las famosas Líneas de Nasca, los acueductos de Cantalloc y las dunas de Cerro Blanco. Además, ofrece Wi-Fi, estacionamiento gratuito y organización de tours personalizados. Perfecto para quienes buscan descanso, cultura y aventura en un solo lugar.
Este paquete de 10 días y 9 noches ha sido diseñado para brindarte una experiencia completa, con actividades icónicas como el sobrevuelo a las Líneas de Nasca, el paseo por las Islas Ballestas y la aventura en el oasis de Huacachina. Todo esto, organizado con cuidado, seguridad y atención al detalle.
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Precio Regular: USD 920.00 por persona.
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Este tour tiene alta demanda, especialmente en fines de semana largos y temporadas festivas. Te recomendamos reservar con anticipación para asegurar tu cupo y el tipo de alojamiento que prefieras.
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